Capítulo único.

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Las lágrimas caían libremente por sus ojos. Aquella voz mecánica anunciaba por los altavoces que su vuelo era el siguiente. Sabía que una vez que se subiera a ese avión no habría vuelta atrás. Todo entre ellos estaría roto para siempre, no quedaría nada que los uniera.

Su corazón se oprimía dentro de su pecho, pero ya no había nada que él pudiera hacer. Ya lo había intentado todo con el fin de salvar su amor, pero una relación era entre pareja. Dos personas. Y nada funcionaba si tan solo uno ponía de su parte.

Yeonjun luchó, sí que lo hizo. Intentó todo lo que estuvo a su alcance para salvar su relación, pero simplemente no fue suficiente.

Incluso ahora, Yeonjun conservaba la esperanza de que Soobin llegara e impidiera que se fuera. Eso no sucedería. Como en tantas otras ocasiones, Soobin no movería ni un dedo por rescatar lo poco que quedaba, y que justo ahora estaba muriendo lentamente.

Yeonjun nunca le pidió riquezas, grandeza o lujos a Soobin; a pesar de que éste lo tenía de sobra. Para Yeonjun todo eso era efímero y superficial. Él tan solo quería a Soobin, que le diera el lugar que le pertenecía frente a toda su familia.

Algo que pareció ser mucho.

Si tan solo la familia de Soobin no hubiera hecho de todo para separarlos, él no hubiese hecho elegir a Soobin entre su familia y él. Al final, la elección de Soobin le rompió el corazón, porque él pensó por un segundo que Soobin iría contra la voluntad de su padre.

¡Que ingenuo!

Por supuesto que para Soobin sería más importante su familia que él. No importa cuántas veces Yeonjun oyó los "te amo más que a todo en este mundo", "eres lo más importante en mi vida" o "para mí tú siempre serás lo primero" que salían de los labios de Soobin cada vez que hacían el amor. O las veces en que Soobin juró que nunca lo lastimaría, ni haría sufrir.

Porque, a la hora de las verdades, Soobin se olvidó de todo esto y le dio la espalda a su amor. Desgarrándolo por dentro y rompiendo su corazón en pedazos.

Aquella molesta voz volvió a sonar. Yeonjun se puso de pie, se limpió las lágrimas, tomó su maleta y caminó hacia la puerta de abordaje.

Hoy sería el día en que todo con Soobin terminaba. Hoy su historia se cerraría con un mal final, dejándole un sabor amargo. Pero así es la vida, no todo es rosas y miel.

Suspiró y dando un último vistazo hacia atrás y todo lo que estaba dejando aquí en Corea, Yeonjun entregó su boleto de avión y abordó con destino a Tailandia.

Aquí, ya no había nada para él.

🐰♡🦊

—¡abre la maldita puerta, Soobin! —escuchó gritar, pero no le importó. En este momento no quería saber nada de nadie. Quería que el mundo se olvidara de que existía —¡joder! Jay, ya sabes qué hacer.

—Claro, Taehyun.

Unos chirridos resonaron antes de que la puerta se abriera de golpe y un furibundo Beomgyu entrara a paso de plomo. Si las miradas mataran, Beomgyu ya lo hubiera fulminado. Soobin vio como no sólo Beomgyu entraba a su departamento, el que ahora se sentía tan frío y vacío. También entraron, Jay, Taehyun, Heeseung, Hueningkai y Sunoo. Siendo que la presencia de los dos últimos le sorprendió mucho.

Todos ellos lo miraban con el ceño fruncido, Huening y Beomgyu incluso tenían los brazos cruzados mientras golpeaban el piso con un pie. Wow, ahora hasta los que no se llevaban bien se ponían de acuerdo para estar en su contra.

—¿qué crees que estás haciendo, eh? —cuestionó el pelinegro con voz baja y mortal.

En otras circunstancias, se habría orinado en los pantalones producto del miedo. Ahora sin embargo, ni siquiera le importaba. No cuando su corazón estaba sangrando por dentro. Beomgyu podía hacer con él lo que le plazca, ya nada importaba.

Tell me why ♥︎ SooJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora