[PAUSADA] Jake ha tenido que lidear con una vida difícil a sus cortos dieciséis años de edad. Heeseung puede descifrarlo con tan sólo verlo.
¿Qué ha pasado en la vida de ese pequeño y bonito castañito que le ha robado el corazón desde el primer mom...
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Heeseung admiraba a Jaeyun desde lejos, sosteniéndose fuerte del estante cómo si su vida dependiera de ello. Jaeyun pasaba tranquilamente las páginas de su libro de física mientras leía con una pequeña sonrisa en su rostro. Eso hizo que el mayor imitara el mismo gesto. A Jaeyun si parecía encantarle el espacio y todo lo relacionado a ello.
Se le salió un gran susto cuándo alguien llegó a sus espaldas y soltó un profundo "¡buh!" cerca de sus oídos. Volteó con el ceño fruncido y se encontró con el rostro de Yeonjun.
—Otra semana más sin poder acercarte. Qué encantador.— musitó mientras volteaba sus ojos. Heeseung suspiró y regresó su vista a Jaeyun.
—No es tan fácil. Cuándo sea hora de clases y se levante para regresar el libro, me acercaré para dejar un chocolate en su mesa.
—¡¿Otro?!— se quejó mediante un grito. Heeseung volteó rápidamente y le cubrió la boca a su amigo, mientras escuchaba a los estudiantes callarlos en el fondo. Yeonjun alejó su mano —Lo siento.— esta vez habló mas bajo que antes —. ¿Le darás otro chocolate más? ¡A este punto le dará diabetes!
Heeseung hizo un pequeño puchero que sólo podía hacer frente a su mejor amigo, —¿Entonces qué hago?— se quejó cómo niño pequeño.
Yeon le palmeó el hombro —Sigue el segundo consejo de Yeojin: ¡Acércate!
—¿Y qué le digo?
—Mhm... puedes decirle que a tí también te gustan las estrellas, ya sabes, finge que comparten intereses, de esa manera él se interesará por tí.
—Quieres decir... ¿que no debo decirle que estoy en el equipo de básquetbol?
Yeonjun rió —No quise decir eso. Sólo sé tu mismo, pero agrega un poco de mentiritas que te harán ver más interesante a sus ojos.
Mentiritas.
Sí... Heeseung no estaba listo de poder hacer eso.
Confiando en su suerte, seguramente terminará diciéndole a Jaeyun todo lo que el no querría escuchar. Cómo que era capitán del equipo de básquetbol por ejemplo, o cómo que estaba interesado en la música y el canto... o cómo que estaba perdidamente enamorado de sus ojos y todo de él, también.
La campana lo sacó de sus pensamientos. Heeseung vió cómo Jaeyun se levantaba para hacer exactamente lo que había dicho, así que fue rápido al acercarse a su mesa, revisar que estuviera lo suficientemente lejos para verlo, y dejar un chocolate sobre el material de la mesa, a un lado de su mochila para que pudiera verlo.
Regresó prácticamente corriendo al estante, se escondió y esperó a que el otro llegara para no perderse su reacción. Sonrió grandemente cuándo notó el pequeño puchero en los labios contrarios y su expresión confundida. Se volteó y chocó su espalda contra el estante cuándo en un movimiento rápido Jaeyun había volteado a su dirección, por si encontraba a la persona que había dejado ese detalle ahí. Hacía semanas que llevaba recibiendo los mismo regalos, y Jaeyun no era estupido, sabía bien que se trataba de uno de los amigos de Yeonjun o algun conocido porque cuándo recién acababa de contarle sus intereses esos detalles comenzaron a aparecer en su mesa en la biblioteca, frente a su casillero o incluso en el espacio debajo de la mesa de estudio.
