Fuerzas naturales | FreenBecky

Teerak

Las luciérnagas cubriendo toda la colina, danzando en su vuelo en medio de la noche estrellada, con el río serpenteando y brillando a la luz de la luna era una postal digna de enmarcar, pero las dos chicas no podían estar más ausentes de ello.

El más profundo anhelo que ambas albergaban hacía semanas se estaba cumpliendo.

Freen mantenía sus brazos alrededor de Becky, atrapándola contra su cuerpo, sintiéndola con todo su ser, mientras la otra permanecía con los brazos alrededor de su cuello, casi sonriendo mientras se besaban.

El beso era tranquilo, profundo pero delicado. Casi como si se impregnaran de la esencia de la otra lentamente, tomando cada aliento, cada suspiro, cada jadeo en sus bocas. Cuando finalmente se separaron, ambas tenían la sonrisa más sincera y radiante sin poder disimularlo, mirándose a los ojos, como sin poder creer que hayan esperado tanto para besarse. Sus sonrojos demostraban todo el calor y la timidez que estaban sintiendo, y es que es difícil continuar normales después de besar por primera vez a alguien con quien vienes conviviendo hace semanas.

-Wuau- susurró Becky, intentando normalizar su respiración mientras bajaba la mirada y sonreía.

-Estoy de acuerdo- respondió Freen, con una risa tímida, contagiando a la otra.

-Podemos ir a caminar cerca del río?- preguntó Becky, levantando la mirada con el brillo más bonito en sus ojos, a lo que Freen no pudo negarse.

Aunque sabía que lo mejor quizás era que se durmieran temprano, ya que el viaje a Pai probablemente sería largo y difícil, en ese momento la aviadora solo quería estar con Becky un poco más. Ahora que había probado sus labios, la idea de que se estaba enamorando estaba siendo cada vez más innegable, y aunque sabía que eso mismo le causaría un enorme dolor al despedirse, sólo podía pensar en el ahora, en ese momento que estaba teniendo con ella, en su sonrisa, en sus ojos, en su aliento cerca de su boca, en su mano tibia en la propia.

Caminaron durante un rato, bajando de la colina en dirección al río. Por momentos solo se quedaban calladas, disfrutando de ese silencio cómodo de quienes no necesitan decir mucho para expresarse, sólo se mantenían tomadas de las manos, entrelazando sus dedos, disfrutando la calidez de la otra. Intercambiaron algunas palabras, sobre todo apreciando la naturaleza a su alrededor, compartiendo algún recuerdo. Freen le contaba de algunas de sus acampadas en los humedales de su país, y Becky compartía algunos recuerdos de su infancia en Inglaterra y otros países. La fascinación de ambas escuchando a la otra era adorable, como si descubrieran un microcosmos en sus ojos. De vez en cuando alguna suspiraba, encontrando una mirada cómplice de la otra, como entendiendo el motivo de esos suspiros.

Al bajar aún más la temperatura, decidieron volver a la cabaña, mientras miles de pensamientos las atravesaban, pero uno predominando en ambas.

¿Era amor lo que sentían?

No se puede negar que el interés de una por la otra era genuino, ni que hablar de la atracción física. Pero cómo se podría definir o identificar un sentimiento tan poderoso como el amor en aquella situación tan extraordinaria? Es posible separar la adrenalina y la estrechez de su convivencia de aquella emoción tan profunda? Qué pasaría cuando lleguen a Pai y sus vidas comiencen a abrirse nuevamente al resto de las personas, cuando ya no se vean "obligadas" a ese aislamiento que habían experimentado?

Cuando finalmente entraron a la cabaña, ambas seguían tomadas de las manos, mirando a su alrededor como si no reconocieran ese lugar. Como si hubiese algo distinto en aquella edificación, aunque todo estuviera igual.

Una pregunta quemaba en los labios de Becky, quien se mordía el labio inferior mientras intentaba decidir si hacer la pregunta o no. Se moriría de vergüenza si la respuesta fuera negativa, sin saber que Freen estaba pensando exactamente lo mismo.