Capítulo 25

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Me despido de las chicas con una sonrisa, todas me desean suerte y salgo algo nerviosa a mi primera clase de patinaje artístico...

Al principio quise volver a bailar, pero luego de intentarlo un par de días decidí que quería rendirle honor a mamá y practicar un segundo deporte aparte de la danza.

Ya hace dos semanas que la pastelería, café, librería florería abrió y está siendo todo un éxito. Muchos turistas han venido y papá no deja de recordarme lo orgulloso que está de mi.

Pongo el auto en marcha y me dirijo hacia el lugar dónde será la primera clase, estoy algo nerviosa pero Sofía (una de las chicas que contraté) me dijo que el primer día siempre es para presentarnos y calentar un poco.

Elijo creerle porque con los nervios que cargo no creo poder entrar a la pista de hielo.

Cuándo llego me doy cuenta que efectivamente, el primer día era para presentarse así que msi nervios se van calmando poco a poco.

La tarde pasa sin inconvenientes y cuándo la instructora nos da la chaqueta de la academia sé que es hora de volver a casa.

Son más de las 9pm así que ya las chicas deben estar en sus hogares y me dirijo al restaurante de siempre para comer algo.

El dueño del lugar me mira con algo de resentimiento y me muevo incómoda en mi lugar, luego de un rato cuándo estoy terminando de comer mi sushi se sienta en mi mesa sin pedir permiso.

—¿Puedo hacerte una pregunta?— habla en un susurro.

—Sí, claro — respondo con algo de miedo.

—¿Te crees que puedes venir y robarme los clientes cómo si nada?

Mientras lo dice, su mano debajo de la mesa se posa en una de mis piernas.

Trago saliva preocupada y busco en mi bolsa algo con lo qué defenderme. Para mí mala suerte no encuentro nada.

—Disculpe, me está incómodando.

Intento marcharme pero me lo impide tomándome del brazo.

—Estás en mi restaurante chiquilla— me levanta con fuerza y yo empiezo a respirar rápido, no quiero llorar pero mi cuerpo parece actuar por sí solo — Así que te recomiendo que te calles y hagas lo que yo te pida — su mano empieza a moverse dentro de mis leggins y la rabia me consume al punto de tomar el tenedor y enterrarselo en el brazo.

Me da una cachetada que hace que mi nariz empiece a sangrar inmediatamente, me mordí el labio cuándo lo hizo así que mi boca también es un desastre, miro a todos lados buscando ayuda y me doy cuenta que no hay ningún cliente. El tipo vuelve a darme otro golpe y camino alejándome de él.

Salgo corriendo del lugar y cuándo llego a casa marco el número de la única persona con la que he querido hablar desde que dejé de hacerlo.

—¿Leoncilla?— la voz de Lucian es casi inaudible.

—Yo solo quería comer algo — suelto entre lágrimas — el me golpeó e intentó tocarme.

—¿Quién fué?— pregunta molesto al otro lado de la pantalla — Joder Darya, dime qué estás bien ¿hizo algo más? ¿quieres que la avise a Alekséi? Iré para allá ahora.

—No lo digas— pido con mi cara ardiendo y palpitando de dolor —El me hará volver a California y no quiero.

—No te hará volver a California si no quieres.

—Yo no lo provoqué —  hablo en voz baja — ni siquiera tenía ropa provocativa para que intentara tocarme, te lo prometo.

—Y aún si la tuvieras no tendría porque haberte tocado, espérame un momento sí? Tomaré el siguiente vuelo.

CARPE DÍEM ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora