Ya no más

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Cuando todo el mundo te hizo sufrir con palabras, gestos o simplemente mirandote comienzas a cambiar, ya no eres la misma, piensas que ya nada vale la pena y los recuerdos de tu vida pasan por tu mente, ves a esas personas que te humillaron diciéndote gorda, obesa, balón de fútbol. Ves a tu madre criticándote haciendo que dejes de comer grasas, ves a tu hermana tan delgada que casi se le ven los huesos de la cara, ves a tu padre ahogando sus penas en alcohol, ves a esos vecinos que te critican cada vez que sales de tu casa; tienes que mandar a hacer ropa porque no la consigues en tiendas normales. ¿Cómo es posible que una niña de 15 años llegue a pesar 120 kilos y su hermana de 17 pese 40 kilos? Cuando en la escuela, tu directora le prohiba al cafetín venderte grasas, en ese momento te das cuenta de las cosas. Lo peor es que soy la única GORDA en mi familia. Las críticas son interminables, nadie se te quiere acercar por temor de que le caigas encima. En casa se ve mal ser gorda, principalmente cuando llegas a pesar más de 60 kilos, te ponen a dieta hasta que peses la mitad. Mi hermana mayor le diagnosticaron anorexia y a mi obesidad. Mi madre dice que prefiere morir delgada que gorda.
"Belleza ante todo", ja, irónico ¿no?.
Al ver que todas las chicas tienen novio, son todas perfectas y yo sin novio, sin amigos y gorda, sentía que nadie me quería si no me maltrataba por lo gorda que era y las personas a mi alrededor eran todas unas barbies: delgadas y de buen cuerpo. La última psicológica a la que fui me dijo que siguiera con mi vida y que sea feliz. Tal vez soy feliz así, con todos a mi alrededor, soy el centro de atención en la secundaria, todos los profesores me conocen como la que molestan. Creo que entre ellos se ponen de acuerdo para no hacerme caso a la hora de molestarme.

Ya no aguanto más. Agarro un cuchillo filoso y corto mi muñeca. Primera cortada, la sangre corre y me duele, pero ese dolor me gusta. Sigo con el siguiente corte y el siguiente. A los pocos minutos comienzo a sentirme débil, me faltan fuerzas y eso demuestra el trabajo que logré.
Poco a poco esa fortaleza desaparece y con la última gota de fuerza que me queda, me hago un corte profundo en el cuello, mis ojos se cierran y siento frío, mucho frío. La sangre corre por la habitación y caigo muerta, mi objetivo logrado. Ya no más burlas. Veo una luz blanca, unas escaleras; ya no siento dolor o frío, es más, me recibem con gran alegría los angeles mientras camtan. Desde aquí puedo ver la tierra, algunos lloran y otros solo comprimen las lágrimas. Mi hermana trata de cargarme pero no lo logra. Y en ese momento supe que en el cielo solo aceptan a los buenos. Poco a poco vi como mis "acosadores" que me desgraciaron la vida van muriendo, y cada uno de ellos se encuentran ahora en un lugar especial en el infierno. Entre ellos: mi madre y mi padre. Mis profesores y compañeros de clase. En mis 15 años de vida jamás sentí rencor por ellos, solo lástima. Ahora si puedo descansar en paz.

Ya no másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora