El mundo cree que los espejos malignos no existen pero nadie sabe lo que hay alrededor.
Un niño de 11 años llamado Kevin no creía en nada de eso pero una noche luego de ir a dormir se lavaba la cara mientras agachaba la cabeza al fregadero pero algo inesperado paso al levantar la cabeza hacia el espejo Kevin se sentía un poco adolorido como si se hubiera golpeado con algo‚y sentía que no podía moverse mientras había un aire inmenso pero Kevin poco a poco recuperaba fuerzas y alcanzo a romper el espejo con su puño luego de eso se estaba desvaneciendo el dolor y se va corriendo‚cerrando fuertemente la puerta‚luego de eso no volvió a entrar ahi .