Felices para siempre.

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Hablemos de los finales felices de los cuentos de hadas.

Quackity aún recordaba vívidamente los días de secundaria con Roier

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Quackity aún recordaba vívidamente los días de secundaria con Roier. Cómo se miraban en clase, las escapadas al parque para darse un beso, las tardes estudiando que acababan en risas y abrazos. Era su primer amor, ese que parecía destinado a ser para siempre.

quackity esperaba ansioso la salida de clases, sabiendo que Roier estaría esperándolo en la puerta

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quackity esperaba ansioso la salida de clases, sabiendo que Roier estaría esperándolo en la puerta. No podía concentrarse en nada más cuando pensaba en volver a verlo.

En cuanto sonó el timbre, salió disparado al patio. Allí estaba él, con su mochila al hombro y esa sonrisa pícara que lo derretía. Se fundieron en un abrazo y se dirigieron tomados de la mano hacia el parque más cercano.

Bajo la sombra de un árbol, se recostaron en el pasto mirando las nubes. Hablaban de sus cosas, se reían con complicidad. Luego roier giró su rostro hacia el y lo besó tiernamente. quackity sentía mariposas en el estómago cada vez que sus labios se encontraban.

— te amo. – dijo quackity bajito para ambos, en un momento único.

— y yo a ti. — dijo roier con dulzura.

El tiempo se detenía cuando estaban así, abrazados, soñando juntos con planes a futuro. Roier le prometía que algún día se casarían y tendrían una enorme casa con un perro y dos hijos. Quackity cerraba los ojos y podía imaginar esa vida perfecta junto a su gran amor.

En ese momento, no concebía que nada ni nadie los separaría jamás. Era un amor inquebrantable, eterno. O al menos eso sentían dos adolescentes entregados el uno al otro sin reservas, en la plenitud del descubrimiento del primer amor.

Un amor del que atesorarían los recuerdos toda la vida, aún cuando sus caminos tomaran rumbos diferentes con el tiempo. Esos momentos de inocencia y entrega mutua quedarían para siempre guardados en sus corazones.

Pero la vida los llevó por caminos separados. Cuando Quackity se fue a estudiar Derecho lejos, lloró en los brazos de Roier, prometiendo amor eterno. Los primeros meses fueron una agonía estar lejos de él. Pero poco a poco, entre las clases y sus nuevas amistades, el contacto se fue espaciando.

Un día recibió la llamada definitiva de Roier diciendo que lo suyo ya no funcionaba. Quackity lloró amargamente, pero en el fondo sabía que era cierto. Habían cambiado. Se despidieron con un profundo cariño.

Años después, él conoció a spreen. No fue un flechazo arrollador como con roier, pero surgieron un respeto y admiración que se fue convirtiendo en amor sólido. Tuvieron dos hijos y quackity encontró en su familia una dicha indescriptible.

Roier también rehizo su vida. Conoció a cellbit en la universidad y salió con él por varios años hasta decidir casarse. Roier encontraba en cellbit la paz y la estabilidad que necesitaba. Juntos tuvieron un hijo que llenaba sus días de luz.

Un día un mensaje para un reencuentro de ex-alumnos llegó, ambos dudaron pero por los viejos tiempos fueron a ese lugar sin esperar a verse nuevamente.

El reencuentro removió cosas en ambos. Verse a los ojos despertó esa química dormida. Pero ya no eran los mismos. Roier apreciaba demasiado a su esposo y hijo como para considerar una aventura. Y quackity amaba a su familia y la vida que había construido.

— así que eres feliz. — dijo quackity al ver el anillo en su dedo. Roier soltó una pequeña risita mientras asentía y miraba a un punto muerto con nostalgia.

— tú también, no? — dijo roier con un pequeño temblor en su voz, quackity asintió mientras bebía de su ponche, suspirando satisfecho.

— lo soy. — dijo con firmeza en su voz mientras sonreía. Roier no pudo evitar sentir un alivio en su pecho ambos eran felices.

— cuidate. — dijo roier sin más mientras se levantaba de su lugar para poder irse, mirando hacía atrás donde quackity se había quedado a ver a las personas.

Apreciando por última vez a la persona que en su adolescencia amo como a nunca nadie, pues sus vidas estaban ahora en otros lugares. Era tiempo de mirar adelante y atesorar los bellos recuerdos.

 Era tiempo de mirar adelante y atesorar los bellos recuerdos

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Y vivieron felices para siempre pero....¿quien dijo que juntos?

Felices para siempre. Spiderduck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora