Muertos de Mí

Prefacio

Pensar en como empezó todo, me hace sentir avergonzada, todo el daño que cause jamás será remediable, podría excusarme de que la mayoría de los muertos que cargo en mi conciencia; en mis trenzas fue por mis padres, pero nunca me negué, solo seguí mi ''destino'' no dudé, solo me odiaba en mi interior, me carcomía el hecho de lastimar a la gente, pero nunca me revele.

Eso ahora no importa ya, las vidas inocentes que quité, no se podrán recuperar, pero créanme, que daré lo mejor para poder hacerles justicia.

Una gran persona una vez me dijo: ''hiciste cosas realmente terribles, Amara no dejes que eso te defina, tienes la oportunidad de hacer cosas grandiosas.''

El tiempo que tarde en perdonarme a mí misma fue largo, me lleve a mí misma en una situación de peligro solo para acabar con aquella culpabilidad que cargaba, entiendo que muchos me quieran muerta, yo también me quise así, sinceramente no entiendo a que quiero llegar con esto, ¿Redención talvez? No lo sé, soy Amara Zaharie y esta es mi historia.

(amara)

En alguna zona de España:

Brulette ven aquí, por favor!- mi madre grito desde el salón, llamando a mi hermanastra, después de unos minutos sin respuesta, Brulette bajo de la planta alta de la mansión con la mayor parte de su cuerpo cubierto en un líquido rojo espeso.

-Brullete, la alfombra por dios! Deberías usar los plásticos, por algo se compran, también apreciaría que tu invitado haga menos ruido, haz que pare ya.- mi madre le pidio con un tono molesto, mi hermana junto con su cabello negro con la cabellera suelta, sube de nuevo, y de la nada los gritos cesan. Seth, se había ido, decido levantarme del banco de la cocina y bajar al sótano a entrenar un poco.

Mientras me dirijo hacia el gimnasio veo de reojo las escaleras y mi hermana se dirige al baño muy relajada, mientras tararea, una melodía peculiar, la conocía, pero sinceramente no recuerdo de donde, ignoro el suceso y sigo mi camino, al bajar me topo con mi reflejo, mi cabello rubio en su totalidad trenzado, con trenzas diminutas, alrededor de unas 50, de mi cabello paso a mirar mi rostro, mi tez completamente pálida, mis ojos grises en su totalidad tornados en desinterés y tristeza, borro rastro de las lágrimas de mi cara y procedo a entrar a la caminadora, la pongo en la velocidad máxima y empiezo a correr mientras cada gota de sudor se convierte en una lágrima, un gemido de frustración y un pensamiento de muerte que cruza por mi mente.

Cuando termino de correr, me doy cuenta de que una hora y media estuve ahí, sin tener conocimiento de la realidad o de donde me encontraba, cuando tome conciencia de donde estaba encontré a brulette recién duchada mientras cerraba el incinerador la mire de pies a cabeza, y en ese momento lo note; su primera trenza, no lo podía creer, solo tiene catorce años me dije a mí misma, ahí es cuando recordé el suceso de la sala, y ahí, supe que mi familia no tenía remedio, eran crueles y desalmados.

Tome mi abrigo y salí de la casa apurada, tome mi motocicleta y fui al centro, en el baño de una gasolinera conté y me quite todas y cada una de mis trenzas porque todas esas noches que iba al club REVEN no era Amara Zaharie, era Mara Todd.

(Griffin Fox)

Era el día de los caídos en el club REVEN y era la fecha perfecta para ir y probar a los reclutas, en los últimos años el club DORMÁN metía espías para sabotearnos y matar o robar a los nuevos reclutas, sea como sea perdíamos gente y eso no era bueno para los negocios, menos gente, más muertes por parte de la familia Zaharie.

Llegue al club en una suburban negra, a la par de una motocicleta negra, una figura delgada vestida de unos pantalones de cuero negro y un abrigo del mismo color, bajaba y se removía el casco, una cabellera rubia ondulada cayó hasta los hombros de la chica mientras esta caminaba con unas botas negras de tacón con la actitud más segura que había visto en la vida.