Cap. 10

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Maria Jose Garzón

Nunca había querido besar a una mujer como queríabesarla a ella cuando terminamos.

—No vuelvas a hacer eso idiota— reproche una y otra vez para mi mientras iba porel caminito para llegar a recepción.

Salí de ahí porque supe que si me quedaba lo iba alamentar después. Una vez estuve en la casita solicité que llevarán algo decomer a la cabaña en la que estábamos.

Cuando supe que Daniela había estado en el otrohotel quise llevarla allí, porque no quería que pudiera acordarse de algo oalguien más estando conmigo. A partir de ahora, cada vez que viera esas jodidascabañas iba a pensar solo en mí, en lo que yo la hacía sentir y en el hecho deque ella. 

Era. jodidamente. mía.

Tuve que quedarme un rato en recepción para calmarmis nervios. Mi corazón saltaba frenético en mi pecho y mis manos temblaban.

Tranquila Garzón

Cuando finalmente volví ella estaba dormida, teníauna enorme sonrisa en su cara y parecía estar super cansada, pero de todosmodos la desperté para que comiera algo 

—Daniela— dije suavemente

Ella despertó cuando toqué su brazo un par de veces

—Hola— bostezo mientras se tallaba los ojos — ¿Cuánto tiempo dormí? —preguntopasando los dedos por su cabello desordenado.

Pase mis dedos por su cabello por instinto y laayude a acomodarlo... Ella me miro incrédula al principio, pero finalmentesonrió

Tan dulce Daniela.

—Cómo tres horas— le di una sonrisa sincera — Te desperté para que comieras algo.

—Tanto tiempo— murmuró sonriendo — Gracias, muero de hambre.

Acto seguido se levantó de la cama y amarró sucabello en un moño desordenado.

—¿Quieres ayudarme? — me pregunto estirando su mano.

La tome y la ayude a ponerse en pie, luego la vicaminar tambaleándose hasta la pequeña mesa que tenía la cabaña, camine hacia allíy me senté frente a ella.

Ella empezó a comer de inmediato, tal vez un pocomás rápido de lo recomendado y yo la seguí porque también moría de hambre, enun momento dado levanto su rostro y me miro.

—Cuéntame algo de ti.

Eso me tomo por sorpresa.

—Ya sabes todo de mi— conteste después de tragar.

Daniela mastico por unos momentos antes decontestar.

—Se todo lo que tiene que ver con la socia y mejoramiga de papá, pero...— me miro ydejo caer lentamente los utensilios —No sé nada de María José.

Un pequeño escalofrío paso por mi espalda cuandoescuche eso, porque era real.

—Vale— acepte comiendo más — Mis papás murieron cuando tenía 10 años, tengoun hermano menor, llamado Derian, soy adicta al café y alérgica a lasalmendras, odio el queso y el chocolate me empalaga muchísimo...

La socia de Papá. GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora