Capítulo tres

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No podía creerlo, por más que me mirara al espejo seguía sin poder creerlo. ¿Por qué había rejuvenecido? ¿Cuál era el motivo? Seojun me miraba sin entender, Yeonjun me miraba con sorpresa y Sohee ni siquiera salía de su habitación. Suspiré, quitando la mirada de mi espejo para pasarla a mi celular, quería gritar de miedo, ¿acaso es esto normal? Le marqué a Jimin, en busca de ayuda.

"Sabes que odio levantarme temprano." me responde con la voz ronca.

"Es urgente, ven a mi apartamento." pido con una voz chillona.

"Uy, suenas como..." bosteza, "como Yeonjun, ¿qué pasó?"

"Te digo es que urgente, por favor." pido, sentándome en uno de los sofás.

"Voy, voy." vuelve a bostezar, "Dame media hora..."

"¡En media hora!"

"Que sí, que sí." ríe antes de colgar.

"Niños" suspiro, "Yeonjun, llama a tu hermana a desayunar. Seojun come ahora. Mamá se encargará de esto, ustedes sigan la normalidad."

"Pero..." Yeonjun me mira preocupado, así que le sonrío.

"No te preocupes, ya idearé algo con el tío Jimin... llama a tu hermana y vengan a desayunar."

Me levanté del sofá y me encerré en mi habitación. Repasé mentalmente todo el día de ayer, en ningún momento me encontré con una bruja o vidente, por lo que seguía sin entender, ¿qué había pasado? ¿Es esto una maldición o una oportunidad? Mi cabeza no parecía cooperar, estaba empezando a marearme por lo rápido que mis pensamientos aparecían y desaparecían. Me sentía mucho más pequeño y delgado, me miraba el cuerpo, pero a pesar de saber que soy yo, seguía sin sentirme yo. Habían pasado dieciséis años desde que había tenido los dieciocho. A esta edad tenía dos mellizos escurridizos que a duras penas me dejaban estudiar y atender la casa. Además, a los dieciocho aún amaba a Bogum, a esta edad me había casado...

"¿Mamá?" la voz de Yeonjun resonó a través de la puerta.

"¿Sí?"

"El tío Jimin llegó..."

"Voy." abrí la puerta y mi amigo, que estaba justo atrás de mi hijo, me miró con los ojos abiertos.

"¿Ese es Yeonjun o Taehyung?"

"Es mamá." responde Seojun.

"Pero Taehyung es más viejo..." Jimin murmura.

"Ayúdame." suplico y él entra a mi habitación, cerrando la puerta tras él.

"Niños, ustedes vayan a la escuela, mi chofer está abajo." ordena en un grito.

"¡Gracias, tío!" responde Sohee.

"¿Sohee, sí desayunaste, hija? "pregunto, pegado a la puerta.

"Sí, mamá, ya nos vamos..."

Jimin me separó de la puerta y me sentó en la cama con él. Este me miraba de arriba abajo, revisándome todo. Su rostro de sorpresa y miedo era tan notorio, que me daba una risa nerviosa, ¿ahora qué?

"Es que no entiendo como pudiste rejuvenecer..." me dice en un susurro.

"¿Crees que yo sí? ¡Me acosté como de costumbre y amanecí así! Seojun fue el primero en notarlo..."

"Eres el mismo de hace dieciséis años..."

"Lo sé, ¡ya me vi en el espejo!"

"¿Y si es una oportunidad de algún goblin?" me dice con una sonrisa. "Tú y yo sabemos que existen y que están ahí afuera cumpliendo deseos."

"Crees eso desde que viste la serie de Gong Yoo." bufo.

"¡Pero tiene sentido, doncel! ¿Qué más te haría rejuvenecer?"

"Aun así..."

"Esto es una nueva oportunidad, estoy seguro." asiente, afirmando sus palabras, "¿No quieres revivir tu último año escolar? ¿ir a la universidad?"

"¿Estás loco? ¿Recuerdas que tengo tres hijos?"

"Ya pueden sobrevivir sin tenerte a ti 24/7 sobre ellos, Taehyung, toma la oportunidad. Podemos decir que te adopté y te metí al bachillerato."

"Oh, sí, claro, aprovechas y me metes donde estudian los mellizos." respondo sarcásticamente.

"¡Es una excelentísima idea, Taehyung!" exclama mi amigo y se limpia una lágrima, "Es porque desde ya te adopté en mi corazón."

"¿Y cómo le explico esto a Bogum?" le pregunto y él se encoge de hombros.

"Ya no le debes explicaciones ni nada, Taehyung, ya no tienes a ese tóxico en tu vida, ¡enfócate en ti! ¿Sí?"

[18 | kookv]

Jimin salió del apartamento el cuál olía un poco a raro, tenía una sonrisa amplia y un montón de papeles en la mano, me llevó hasta el auto y le indicó que nos llevara a la escuela de los mellizos. Mi mejor amiga me muestra que su contacto había hecho los papeles tal cual como si me hubiera adoptado hace un par de años. Me explicó que mentiría y diría que estudié en casa, pero que yo le había rogado por estudiar mi último año en una escuela real.

"¿Nos creerán?" pregunté con inquietud.

"Estoy seguro que sí." bufó, "Haré lo que sea, no te preocupes. ¡Esto es divertido!"

"¿Recuerdas que no soy un juguete?"

"Tú jugabas con los mellizos como si fueran muñecos, no tienes derecho a decir nada." se me burla, haciéndome reír.

"Era un niño en ese entonces." respondí, recordando.

"Eres un niño, vuelves a tener esa edad." me recuerda y yo frunzo el ceño.

Al llegar a la escuela, nos mandan a coordinación donde Jimin hablará con el coordinador para que me incluyeran... a mitad de año escolar. Tenía mis dudas, como madre, sabía que era difícil hacer que los maestros colaboraran, así que no tenía mucha fe tampoco. Nos sentaron en las sillas afuera de la coordinación, pero se oía todo.

"¡Es que no es la primera vez que te acusan de hacer comer papel a los estudiantes!" le reprende el que creo yo es el coordinador, haciéndome abrir los ojos.

"Ay, coordi, es que se lo merecía. Se metió conmigo, yo estaba tranquilo, usted sabe que yo no me meto con nadie a menos de que..." la voz del joven sonaba tan confiada que me sorprendí, ¿así podían responder ahora?

"¡Señor Jeon Jungkook, no es aceptable el acoso escolar en esta escuela! Tiene una advertencia, si vuelvo a verlo por aquí en esas, me aseguraré de que lo echen, no me interesa quien es su padre. Ahora vete a clases, ya."

"Sí, coordinador." el muchacho suspira y sale, dejándonos verlo. No era muy alto, pero lo era más que yo, tenía el cabello negro y el rostro inexpresivo, al verme me sonrió con las comisuras casi burlonamente, pero siguió adelante, sin saludar ni hacer ningún gesto.

"Es guapo, quizá podrías ayudar a llevarlo por el buen camino." comenta mi mejor amigo, dándole una última mirada y levantándose.

"Estás loco, ¿lo sabes?"

"Así no se le habla a tu madre." me molesta, haciéndonos reír antes deentrar. 

18 | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora