Capítulo 27

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Capítulo 27



Todos levantaron la cerveza al mismo tiempo.

—¡Por el doctor Min, que nos va a invitar a esta ronda y todas las que vengan detrás! —bramó MoonHee.

Le dieron el trago a la cerveza y rápidamente se pusieron a comer. MoonHee, YooBin, YoonGi, NaSeol y unos cuantos más se habían escabullido del cóctel de la ceremonia. Alegaron que aquello era demasiado lujo, demasiado falserío y muy pocas ganas de alimentarse de caviar teniendo un bar de mala muerte de vendía por cinco mil wones un tteokbokki rancio. Ya llevaban en torno a una hora bebiendo, riendo y burlándose descaradamente de Im WooTaek.

—¿Habéis visto la cara que ha puesto? —se mofó YooBin—. ¡Como si hubiera visto a un fantasma!

—Eso le pasa por prepotente —agregó MoonHee. Nadie la había juzgado de huir de sus quehaceres como directora de la SCN.

—Yo le he visto marcharse llorando a su habitación —inventó NaSeol en voz bajita y con una sonrisa traviesa. Tenía las mejillas rojas de la cerveza.

—Y el año que viene, YoonGi, le revientas otra vez —ordenó MoonHee muy decidida—. A ver si con un poco de suerte no se da de alta la membresía. Si tengo que verle un solo día más con esos aires creídos, voy a tirarle por un barranco. ¡Pero él ahora no importa! ¡YoonGi, quiero fotos contigo y tu bebé!

El trofeo estaba sobre la mesa. Habían querido llevárselo para tener la razón de dicho festejo en sus narices.

Con fotos, chistes y charlas que perdían el sentido y lo recuperaban quince minutos después, las jarras de cerveza vacías fueron aumentando en la mesa a la par que ascendía el grado de alcohol en sus organismos. NaSeol se sintió una más, y eso la ponía contenta. ¿Conocer a gente nueva era siempre así de vigorizante o es que los amigos de YoonGi habían sido sacados de alguna película? Eran geniales y divertidos; un poco borrachos, pero siempre agradables.

—¿Pero qué estás haciendo? —bramó MoonHee cuando vio a YooBin aplicándose pintalabios.

También eran ladrones.

—¿Eso no es...?

—¡Mi pintalabios! —exclamó NaSeol, viendo con cara de tristeza absoluta cómo el doctor apretaba la barra de labios como si estuviera librando una batalla, con la mano cerrada en un puño alrededor de la montura—. ¡Me costó parte de mi primer sueldo! ¡Es de Carolina Herrera! ¡Lo estás destrozando!

MoonHee se llevó la mano a la boca, como si fuera la única que comprendiera la situación. Sin embargo, el alcohol de su cuerpo era demasiado, y su percepción de la importancia de las cosas estaba alterada. También de sus reflejos, porque no movió ni un músculo cuando el doctor Jung-Rojas la sujetó de la cara con fuerza y le dio un beso en la mejilla.

—¡Ahora tú también eres YoonGi!

La doctora le arrebató el pintalabios y se lo aplicó. Le devolvió el beso a YooBin.

—¡Y tú también lo eres!

Los besos y el pintalabios se fueron repartiendo por la mesa, de forma alborotada, con gritos, carcajadas, algunas quejas, pero con un sentimiento general de felicidad y diversión. NaSeol no daba crédito. En el amor y la guerra todo vale, decía, pero no sabía que existía una guerra del amor.

Entonces, MoonHee y YooBin observaron a YoonGi, quien presidía la mesa. Una sonrisa siniestra apareció en sus labios. El doctor estaba de brazos cruzados.

The Closest Friend » YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora