Capítulo 308

82 13 4
                                    

Narra Malú

Mateo se va de casa dejándome sin palabras. Resoplo maldiciendo y mis ojos tropiezan con los de José, que me regañan en silencio. Va a abrir la boca, pero le interrumpo.

+ Tu no querías que vuelva con él, no le defiendas ahora.

Ataco antes de que mi hermano sea quien lo haga.

J: Ya, ¿pero sabes qué pasa?

No consigo nada. Va a decirme unas cuantas verdades aunque mis intenciones hayan sido evitarlo.

J: Que te ha valido lo que yo pensaba y has vuelto con él igualmente, y aunque no estuve con vosotros esta mañana, no hace falta ser muy listo para darse cuenta por que habéis discutido.

Advierte.

J: Y si lo que piensas hacer es volver a dejarle, sabes que tienes mi apoyo.

Me recuerda.

J: Pero si decides quedarte con él, Mateo tiene razón, no puedes recriminarle lo que pasó antes entre vosotros, porque vas a boicotear vuestra relación tu solita.

- Volvió a mentirme.

Me quejo.

- Habló contigo y con Manu para que no me dejéis sola a mis espaldas.

Argumento.

- Eso es presente, no pasado.

J: Y no tardó ni un día en venir a contártelo.

Sale en su defensa.

J: Lo que te pone negra a ti es que te esté cuidando como nunca lo han hecho, y eso te hace sentir dependiente, pero Mateo no te ha mentido.

- No necesito que vivas en mi casa hasta que el psicopata de Sebastián aparezca.

J: Si quieres que me vaya, voy a hacerlo, Malú.

Cede.

J: Pero eso no va a solucionar tus temas con Mateo.

Me recuerda.

J: Ni tampoco lo hará el que yo me quede.

Agrega.

J: Y si me preguntas a mí, creo que de eso se tratan las relaciones, de cuidarse mutuamente, en todos los sentidos.

Suspiro.

J: Voy a sacar a estos bichos.

Señala a las perras que entran y salen inquietas del jardín.

J: Y cuando regrese ya me dirás si quieres que me quede o me vaya.

Anuncia cogiendo las correas. Les veo salir de casa y sin pensar demasiado me monto en el coche. No puedo permitir que Mateo se vaya así.

Conduzco con prisa hasta llegar al aeropuerto. Le llamo, pero como siempre la suerte no está de mi lado y no me lo coge. Tras entrar corriendo y encontrar su vuelo aún en la cola de facturación respiro más tranquila y tomando una bocanada de aire me acerco al tumulto, viéndole de lejos con gesto preocupado, sus rulos algo desordenados y una barba de pocos días que le hace más guapo si cabe.

- Lo siento.

Me paro frente a él, mirándole sincera.

- He sido una idiota, y yo tampoco quiero que hagas este viaje estando enfadados.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora