Olivia

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1 - Olivia

Olivia Steffano se consideraba una chica normal. Su único problema eran las aspiraciones de su madre. Desde el primer año tenía una vida normal, o lo que se puede considerar normal si estas en el mismo año que Harry Potter y además eres amiga del trío de oro. Olivia se sentía en casa cada vez que pisaba los terrenos de Hogwarts, incluso desde que ponía un pie sobre el expreso. No podía decir lo mismo cuando estaba en su propia casa, la habían criado con creencias puristas, para que en palabras de su madre algún día le restaure el renombre a su familia cuando se casara con algún mago de buena familia. Ella no creía que fuera realmente por el renombre de su familia, más bien era una cuestión de finanzas. A su madre le importaba muy poco ella o si era feliz, ella solo quería volver a darse los lujos con los que se había criado, su padre no se preocupaba por nada que no fuera su trabajo, y su papel en la familia se reducía a afirmar todo lo que su mujer dice. 


Olivia estaba por empezar su sexto año y no podía esperar a que llegara el primero de septiembre. Durante ese verano su madre se había puesto más intensa con el tema que había abarcado todas sus conversaciones desde que tenía memoria, siempre le había dicho que debía fijarse en los sangre puras más acaudalados pero este año el tema se había vuelto más recurrente. Olivia sabía que era producto de la guerra, su madre temía que todos los mejores partidos se comprometieran rápidamente por ello, las buenas familias necesitaban descendencia y la mayoría de ellas estaban involucradas en la guerra. Eso lo hacía mejor para sus aspiraciones. Las familias se encontraban desesperadas y no se fijaban en mucho más que la pureza. Olivia seguía decidida a no escuchar lo que su madre decía, no tenía pensado casarse antes de terminar sus estudios y menos con un sangre pura acaudalado solo por poder. Era como decirle que se tenía que casar con Draco Malfoy; no lo haría ni aunque fuera el último hombre en la faz de la tierra.


Olivia sabía que el odio que se tenían era mutuo, no le cabían dudas. Draco Malfoy odiaba a cualquier sangre sucia, y aunque ella no lo era, la mayoría de los puristas pensaban que si. No reconocían su apellido, así que para ellos no había más alternativa a que fuera una sangre sucia. En realidad era traidora a la sangre como lo eran sus amigos los Weasleys o como el padrino de Harry lo había sido en su época. De todas formas ella estaba bien con ser considerada una sangre sucia, como siempre le decía a Hermione cuando le reprochaba que no se defiera ante las burlas. Sabía que aunque supieran que era sangre pura sería considerada una traidora por estar en Gryffindor y eso sería igual o peor. No lo tenía mucho en cuenta, mejor aún que los puristas pensaran que era una sangre sucia, de esa forma no habría chance de que su madre la lograra casar con alguno de ellos. 


La mañana del primero de Septiembre de su sexto año Olivia practicamente huyó de su madre, y se subió al tren tan pronto como puso un pie en la plataforma. Esperó y luego de un buen tiempo, aparecio el trío de oro, ese grupo de amigos tan peculiar del que ella participaba en ocasiones. Olivia era una gran Gryffindor, pero tenía la porción justa de Slytherin como para saber cuando era momento de alejarse del grupo que prácticamente significaba problemas. Se llevaba, quizás, un poco más con los gemelos, pero no eran la mejor compañía, entre evitar ser su conejillo de indias y el lenguaje secreto que manejaban era estresante seguirles el ritmo. Solía terminar en la biblioteca acompañada de un libro o en el baño de Myrtle despotricando contra las cartas de su madre, que aún mantenía la esperanza de volver a ser una parte prestigiosa de la alta sociedad mágica.


El viaje en tren siempre se le hacía corto. Tarde o temprano por su bagon desfilaban las cabelleras coloradas de los Weasleys e incluso en ocasiones, Luna o Neville pasaban a saludarla. Ninguno se quedaba todo el trayecto, Ginny iba con las chicas de su año, Fred y George a hacer la broma del tren o ver a su mejor amigo Lee. El trío no necesitaba excusarse, Olivia no quería problemas y donde ellos estaban, también lo estaban todos los problemas, Neville recordaba que no sabia donde estaba algo y salía rápidamente a buscar lo que sea que fuera. Luna simplemente se levantaba con esa sonrisa soñadora que siempre adornaba su cara y se disponía a vender ejemplares de "El Quisquilloso" o buscar alguna criatura entre los rincones del tren. Normalmente al momento de llegar a Hogsmeade, Olivia se encontraba sola y completamente lista para dirigirse directamente a los baños de chicas del segundo piso. Se detuvo a hablar con Hagrid un momento antes de dirigirse a las criaturas que transportaban a los alumnos mayores al castillo. Veía a los thestrals desde su tercer año, le había preguntado al guardabosques que eran luego de ello y tarde o temprano comenzó a acercarse a ellos cuando volvía a su verdadero hogar. 

Ellipsism - D. M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora