𝑶𝑩𝑺𝑬𝑺𝑰𝑶́𝑵: Quería que Sucrette solo pensara en el, que lo necesitará como necesita el oxígeno para vivir, aunque eso significará que ella moriría si en algún momento dejara a Lyssandro. El esperaba que eso no sucediera, pero si era inevitabl...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
15 de agosto
Mi alma está condenada desde este momento, no volveré a verte nunca más... Pero valió la pena. Espero que en algún momento me puedas perdonar. Sucrette, en esta hermosa noche yo tomé el último latido de tu corazón.
- Lyssandro
10 DE AGOSTO, 12:00
Sucrette y Lyssandro habían comenzado a salir hace unos pocos meses. La belleza de la joven había cautivado el corazón del albino desde el primer momento en que cruzaron palabras, todos sus poemas y notas estaban dirigidos hacia la chica de ojos verdes, su relación vió la luz hace una brevedad de tiempo, pero aún así se gustaban desde el inicio del curso. Todo había Sido bastante lento hasta ahora; solamente intercambiaban dulces y suaves besos, sostenían sus manos cuando nadie los veía, susurrando palabras amorosas en el oido del otro. Incluso si en algún momento el pensamiento de besar a la chica hasta quitarle el aliento, dejando sus mejillas sonrojadas y sus labios hinchados con leve tono rojo, paso por su mente, Lyssandro jamás lo expresaría en voz alta. El corazón de Lyssandro le pertenecía solamente a ella, y Lyssandro esperaba que el corazón de Sucrette solamente fuera suyo.
Aunque desde hace un tiempo lyssandro había notado que algo estaba mal con Sucrette, algo era raro en la actitud de esa dulce chica que lo mantenía inquieto. Había notado que esos ojos, llenos de constelaciones que tanto adoraba, ya no lo miraban solamente a él. Había alguien más. Y sabía muy bien quien era aquella persona que intentaba separarlos, alguien que tenía el único propósito de derrumbar todo aquel amor que se tenían.
Nathaniel Carello es quien había estado robando los suspiros azucarados de los labios de Sucrette en las últimas semanas, desde el momento en que ellos se volvieron más cercanos Lyssandro se percató de cierta química que había entre ambos jóvenes. El rubio siempre trataba de ser amable con Sucrette y los coqueteos que se lanzaban eran evidentes. El simple recuerdo de eso hacia que la sangre de Lyssandro comenzará a hervir. Odiaba la idea de que sucrette estuviera con alguien más y con cada día que pasaba le era inevitable sentir que se alejaba, no podía permitirlo.
Ella era la única cosa buena en esta ciudad, que le había sido otorgada a Lyssandro. Ahora gozaba de un propósito más grande que la vida misma, no podía dejar que aquella quien era su musa se alejara por alguien tan mediocre como Nathaniel. Ahora que toda la existencia de Lyssandro giraba en torno a la joven estaba dispuesto a dedicar toda su vida a amarla y así lo haría.
