capítulo 7: estúpido Simón!.

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Villamil:

  Me desperté al sentir que algo se movía a mi lado y por un momento me asusté; mas al girarme para ver de qué se trataba, vi a Juan pablo acostado justo como anoche; la verdad, pensé que lo decía sólo por molestarme y que cuando me despertara, él ya no iba a estar pero me equivoqué; sí, allí estaba y se veía de lo más tierno con ese cabello despeinado y desparramado por toda su cara. moví mi mano lentamente y le eché el cabello hacia atrás para poder observar mejor esos ojitos marrones que si los observabas de cerca, se notaba que detrás de ellos había un Isaza completamente diferente del que pretendía mostrar; honestamente les diré que eso fue lo que más me atrajo del joven; quería descubrir cada uno de sus secretos, hacer que esos ojos cafés oscuros brillaran de felicidad y que esa felicidad fuera causada única y exclusivamente por mí.

  -Buen día. Le dije cuando lo vi que habría los ojos poco a poco.

  -Buen día a ti también. Me respondió con la voz más ronca de lo normal; la verdad, me encantó escucharlo recién despertado; por un momento quise despertar con él cada mañana y escuchar esa perfecta voz que hacía que mi piel se herizara por completo.

  -Qué planeas hacer hoy?. Interrogó mientras se acurrucaba un poco más en las sábanas.

  -Pues... comencé pero él me interrumpió

  -Si quieres puedes volver a la universidad; yo sé lo importante que es para ti y ya entendí que no puedo tenerte encerrado acá por el resto de tu vida; sólo te pido por favor que no tomes eso como una salida para escaparte porque si lo haces, iré a buscarte y te irá muy mal; te estoy dando un voto de confianza; por favor no me decepciones porque nunca te lo perdonaría.

  -Es enserio?. Graaaciaaas!. Pero sabes que voy a tener que ir a mi casa a buscar mis libros, mis lápices y todo lo demás y ellos empezarán a interrogarme porque estarán muy preocupados; y que les voy a decir cuando me vaya y me pregunten que a qué hora voy a llegar?.

  -No, no es necesario que vayas a tu casa a buscar nada; yo acá tengo libros que te pueden servir; también tengo lápices, hojas y todo lo que quieras, así que por eso no te preocupes. No pude evitarlo y me lancé sobre él para abrazarlo; estaba feliz por volver a la universidad, aunque por otro lado, tenía miedo de volver a encontrarme con simón y que él se diera cuenta de algo pero por ese momento no me preocupé; solamente me dejé abrazar por juan pablo y no sé porqué pero ahí me sentía seguro, sentía que ese era el lugar en donde debía estar; definitivamente me estaba enamorando de ese chico ensombrerado y no podía hacer nada en contra de eso y para ser sincero tampoco quería. él estaba muy equivocado si pensaba que yo me iba a escapar; no sería capaz de hacer algo así porque me gusta tenerlo cerca; tal vez nuestra manera de empezar no fue la mejor pero eso no quita que lo quiera y que a pesar de que sea tan gruñón, me fue enamorando sin quererlo; sólo con una mirada, un abrazo, incluso con su voz.

  Me levanté rápidamente de la cama, me dirigí al baño para darme una ducha rápida, busqué alguna ropa para ponerme y en cuanto estuve listo, vi como juan pablo seguía acostado en mi cama de lo más relajado; mas cuando me vio apunto de abrir la puerta, me dijo que lo esperara para bajar juntos a desayunar, así que me senté en la cama para esperarlo y algunos minutos después, él también salió de la ducha completamente arreglado y listo para bajar a desayunar.

  En cuanto bajamos, alejandro se nos quedó mirando con una sonrisa pícara en el rostro; supongo que ya sabía que habíamos dormido juntos esa noche pero ninguno se lo iba a corroborar.

  me tardé más o menos 10 minutos en desayunar y en cuanto terminé, Isaza ya tenía preparada una mochila con mis libros, hojas, lápices y quién sabe qué otras cosas porque en ese momento no pude ver todo lo que ese bolso contenía; les agradecí a ambos chicos por todo y salí dispuesto a manejar hasta la universidad; sí, juan pablo me había prestado su carro; decía que no quería que tomara el transporte público porque no sabía lo pesado que era y tenía miedo de que algo me pasara y bla bla bla; tuve que hacerle caso, aunque no me molestaba porque sabía que podía llegar más rápido porque iba bien tarde, cosa que era muy inusual en mí.

  Pasé media hora manejando hasta que por fin llegué a la universidad; en cuanto me bajé del carro, me dirigí hasta la puerta de entrada,, le mostré mi pase al vigilante y salí corriendo hacia dentro para empezar mi primera clase; por suerte el profesor había faltado, así que tenía tiempo para ponerme al corriente y así poder continuar mis clases como si nunca hubiera faltado.

  Las clases transcurrieron con total normalidad; bueno, para mí pasaron más lento de lo común porque en lo único que pensaba, era en el chico ensombrerado; en sus ojos, su cabello, su sonrisa de conejo, etcétera; todo lo que veía me recordaba a él y no podía concentrarme en la clase de ningún profesor; para mi gran fortuna, no me crucé con simón en ninguna clase, ni en la cafetería a la hora del almuerzo; a quien sí vi fue a martín, su hermano quien iba de vez en cuando a acompañarlo porque no tenía clases y decía que era mejor estar en la universidad de su hermano que en su casa; nos pusimos a hablar de todo un poco y no nos percatamos de la hora; ya era bastante tarde y Simón lo debía estar esperando, al igual que juan pablo a mí.

  Salimos corriendo de la cafetería en la que estábamos, nos fuimos hasta el estacionamiento y ahí fue donde lo vi, sentado en el capó del carro jugueteando con sus llaves bastante desesperado; me imagino que porque no veía a su hermano. pasé por su lado tratando de que no me viera pero para mi mala suerte justamente cuando volteó su cara, cruzamos miradas y otra vez me acordé de juan pablo; sólo que sus ojos no eran oscuros como los de él.

  -Miren a quien tenemos aquiií; juan pablo villamil Cortés qué sorpresa verte! pensé que ya te habías olvidado de que estabas estudiando.

  -Ay simón por favor, deja tu sarcasmo para otro momento sí?; yo no me olvidé de que estoy estudiando, es sólo que tuve algunas complicaciones y no había podido venir; pero a fin de cuentas, eso a ti no tendría porqué importarte; total, tú y yo ya no somos absolutamente nada, gracias a dios. Mis últimas palabras parecieron molestarle muchísimo; porque en cuanto terminé de hablar, saltó rápidamente del carro y separó justo frente a mí.

  -Mira juan pablo yo creo que la última vez que hablamos, te dije que tú ibas a volver conmigo quisieras o no, así que ahora mismo te vas a ir a mi casa y vamos a arreglar esto por las buenas o por las malas. Dijo y me tomó bruscamente del brazo; yo por mi parte, trataba de alejarme lo más que podía pero él nada que quería soltarme.

  Oye Simón, ya deja a Papo en paz; por qué no entiendes que ya no quiere estar contigo?. Decía Martín mientras trataba de alejarme completamente de su hermano.

  -No te metas en esto porque es algo entre villamil y yo; más bien súbete al carro y espérame ahí que yo voy en un momento. El pequeño obedeció la orden de su hermano y se subió al vehículo, mientras tanto yo seguía luchando para que él mes soltara.

  La lucha continuó como por media hora más. definitivamente en cuanto llegara, juan pablo me iba a quitar la cabeza aunque ya esto no era mi culpa; en cuanto simón vio que yo me distraje pensando en lo que me iba a suceder cuando llegara a casa de juan pablo, aprovechó para darme un golpe en la cara, luego otro y así muchos más hasta que vio como la sangre fluía como si de un río se tratara; yo por otro lado con las fuerzas que me quedaban, logré propiciarle un golpe bajo que lo hizo caer al suelo al instante y así pude salir corriendo, meterme en el carro y manejar a toda velocidad hasta la casa de juan pablo.

  Al llegar, el chico del sombrero ya me estaba esperando en la puerta.

  Al fin lle... qué demonios te pasó?.

  Bueno... es que... Yo... Simón... Golpes... Universidad...- Nisiquiera yo entendía que era lo que estaba diciendo pero al parecer él sí; porque no había terminado de hablar, cuando escuché que gritó:

  -Estúpido Simón! Lo voy a matar ahora mismo!.

-No! Espera! Por favor no lo hagas.

  -Por qué no?.

  -Porque si lo haces, te puede hacer daño y eso es lo último que quiero. por favor Juan Pablo, no lo hagas.

  -Y se puede saber por qué te preocupas por mí?.

  -Porque... Porque... Porque te amo Juan Pablo isaza piñeros!.

amor sin contrato (Isamil).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora