Kim TaeHyung se entregó al placer de esos gemelos alfas con la sola condición de que sus sentimientos no estarían involucrados.
¿Podrían mantenerlo así?
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—JungKookie... —hizo un abultamiento de labios.
—Tranquilo amor, todo está bien. —le sonrió desde la piscina. —¿Cierto, cachorrito?
El menor asiente con entusiasmo antes de patalear sobre los brazos de su padre.
—No puedo creer que ya estén tan grandes para estar en la piscina. —habla nuevamente el castaño.
—Crecieron muy rápido omega, ahora ven aquí. —le hizo señas para que entrara.
TaeHyung suspiró y miró a su otro cachorro, que estaba sujetado con fuerza de su pierna.
—Si no quieres hacerlo no lo haremos mi amor, podemos esperar. —le dio elección.
El pequeño alfa negó, era valiente, podía seguir a su hermano y a su padre en el agua.
—Puedo papi. —respondió.
TaeHyung tomó a su pequeño y lo sujetó a su cadera para poder entrar a la alberca.
Los años habían pasado para la pareja, luego de que TaeHyung terminara la universidad, JungKook consiguió una oferta de trabajo en Seúl, una que dudó mucho en aceptar, pero cuando su omega lo animó y alentó, terminaron mudándose a la ciudad.
TaeHyung logró conseguir rápido un empleo también, luego de las miles de recomendaciones por parte de sus profesores, pudo entrar a una editorial donde ahora era uno de los editores principales.
Las cosas cambiaron hasta cierto punto, su relación seguía igual o más fuerte que al inicio, ninguno mintió cuando dijeron que su amor era para siempre, habían tenido altos y bajos como todo, pero nada lo suficientemente fuerte para lograr crear una grieta en su unión.
A los 26 años TaeHyung quedó embarazado, fue algo que la pareja planeó, y así fue como sus pequeños gemelos llegaron a su vida: YongSun un omega de personalidad extrovertida y traviesa y YongMoon un alfa un poco tímido y tranquilo.
Eran como el día y la noche, el sol y la luna, completamente diferentes e iguales a la vez.
Luego de ese suceso, acordaron no tener más hijos, estaban bien con sus pequeños traviesos. Los gemelos ahora tenían 3 años, y hoy sería su primer día aprendiendo a nadar en la piscina.
—¿Están listos cachorros? —preguntó el alfa sosteniendo a los dos niños en sus brazos.
YongSun tomó la mano de su gemelo y le sonrió, YongMoon asintió y dejaron que su papá los baraja de sus brazos. Sus flotadores cumplieron su función y ambos pudieron juguetear con el agua entre risas.
—¿Lo ves amor? Todo bien. —el pelinegro atrajo a su omega por la cintura y lo apegó a su costado.
—Lo sé Kookie, mi omega solo estaba muy nervioso. —dijo pegando sus manos al pecho de su alfa.
