𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐲 𝐇𝐨𝐠𝐬𝐦𝐚𝐝𝐞

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Primero que nada, lamento no haber estado publicando, como había dicho, estaba en clases, tuve varias tareas y como se los había comentado, volvería a publicar una vez que ingresara a las vacaciones, pero por problemas económicos retrasare mis est...

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Primero que nada, lamento no haber estado publicando, como había dicho, estaba en clases, tuve varias tareas y como se los había comentado, volvería a publicar una vez que ingresara a las vacaciones, pero por problemas económicos retrasare mis estudios, así que sí, estaré publicando más seguido.

Ahora sí, vamos hacer esto.

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Tom Riddle podía considerarse una persona que expresaba poco sus sentimientos

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Tom Riddle podía considerarse una persona que expresaba poco sus sentimientos. Desde que nació, pensaba que nunca podría sentir, que jamás amaría y aun sabiendo aquello, Elena lo había amado incondicionalmente incluso ella misma le decía que tenía amor para los dos y durante los años que se conocieron, ella misma le había dado todo, y cuando nació Damián, supo que nada sería igual, lo sabía al verlo tan pequeño, en los brazos de su madre quien le decía cuanto lo amaba, que le decía que aunque él, su padre, no pudiera amar, ella le daría amor a los dos.

Así que ahí, en esos momento, mientras que el sol salía y comenzaba a iluminar el enorme castillo, sus ojos rojos -de tanto experimentar con la magia negra- pasan de la ventana que les había proporcionado la sala de los menesteres, ha donde estaba la enorme cama que tenía tres cuerpos envueltos en las suaves sabanas.

Ahí estaba su familia.

Familia, aun no podía creer que tendría algo más pequeño que cuidar. Aun tenía miedo cuando se trataba de tomar en brazos a su pequeño Damián, pero lo disimulaba muy bien, pero ahora, observando a la figura más pequeña, sabe que ciertamente ama. Delphini era su hija, la pequeña bebé que había deseado después de haber perdido a su esposa... Perder a Elena, no podía, no podía perderla, porque ella era lo único que evitaba que cayera en la locura junto a su amado hijo.

Con cuidado se levanta de donde esta sentado y se acerca a la cama, claro, hasta que la pequeña Delphini se mueve en la cama y abre los ojos.

- Papá - llama ella, su infantil rostro marcaba todavía el sueño que le abrazaba

- Hija - susurró -¿Qué pasa?

Delphini no dice nada, solo hace el mismo gesto que Damián siempre hace cuando quiere mimos. Alzando sus pequeños brazos, para que su padre le cargue y eso hace Tom. Tomando en sus brazos a su hija, ambos se miran mutuamente, ambos ojos rojos se centran en el otro, y aunque todavía es una niña pequeña, Tom puede notar fácilmente que ella tiene la belleza de Elena, su amada Elena.

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora