En un tiempo primordial, cuando los seres celestiales y los mortales aún se entrelazaban en armonía, existió un hombre llamado Adam. Creado por Dios como el primer ser humano Omega, poseía una belleza y gracia sin igual. Adam vivía en el Jardín del Edén, un lugar maravilloso donde todo era perfecto.
Sin embargo, algo faltaba en su vida. Su corazón anhelaba el amor y la compañía de alguien especial. Fue entonces cuando Dios, en su infinita sabiduría, decidió crear a Hades, el dios del inframundo. Hades, a pesar de su reputación oscura, anhelaba ser amado y encontrar la felicidad.