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Distracción

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En el taller del mejor mecánico de Quiéreme Mucho, una osita morada le pedía un favor.

—Sorpreosita sé que quieres darle un lindo regalo de parte de todos a Divertosito —con amabilidad en su voz un osito azul se veía indispuesto —, ¿pero por qué de todos los ositos tengo que ser yo el que lo distraiga?

Sorpreosita siguió tratando de convencerlo.

—Vamos, porqueee... ¿eres su mejor amigo? —dijo con cautela.

El azul solo levantó la ceja, realmente sabe que no es el amigo preferido del amarillo.

A lo que la otra buscó una razón más lógica.

—Bueno Gruñosito, verás que estando contigo se quedará todo el tiempo adentro de tu taller —la osita dio un paso mas cerca y junto sus manos— ¡Y no se dará cuenta de la gran sorpresa!

Ahora sí, Gruñosito lo pensó y no tomó mucho tiempo para que aceptara el plan.

Unas pocas horas en el taller es lo que pedía Sorpreosita para la sorpresa, eso no tendrá que ser difícil.

A la mañana siguiente se levantó un poco mas temprano de lo usual para tener todo listo.

Preparó que inventos mostrarle a Divertosito para entretenerlo, se dispuso a comprar y preparar algunos alimentos, así no tendrían excusa para salir.

Entonces fue a tocar la puerta de Divertosito.

La mañana de hoy, el cielo mantenía una tonalidad hermosa de celeste y los rayos del sol eran los suficientes para soportar el día. En fin no hacia calor y los pajaritos cantaban mas esta mañana. Caminando pensó que después de la sorpresa, debería recibir algo, ya que ahora es una parte importante del plan.

Tan pronto como llego tocó.

Los pasos se hicieron escuchar y el que abrió la puerta era un osito amarillo desalineado con babas en sus mejillas.

—Uy ¿Te caíste de la cama? —bromeó Gruñosito.

Los ojos del amarillo se abrieron mas.

—¡Yo debería decir eso! —rápido se limpió la cara con su mano — ¡¿Qué haces tan temprano y tocando mi puerta?!

Al azul le dio risa y recordó lo que hacia allí.

—Pensé en invitarte a desayunar —dijo para después darle la espalda —, pero si no quieres esta bien, supongo que tendré que acabarme ese jugo de frambuemoras yo solo.

El amarillo de repente se encendió de la emoción, entró de nuevo a su casa y después de un aseo mas debido salió tomando la delantera.

—¡Apúrate Gruñón! ¡O se va hacer mas tarde!

El desayuno fue bastante agradable, a pesar de que Divertosito de vez en cuando hablaba con la boca llena.

Como agradecimiento se ofreció lavar los platos y lo hizo.

Entre mas excusas para quedarse mas fácil se hacia el plan.

—Eres tan talentoso en la cocina Gruñosito —habló mientras se secaba las manos.

—Por supuesto que lo soy, pero Generosita es la mejor en eso —mencionó el azul.

—Sabes aunque sea cierto eso de que nadie le gana a Generosita, seria todo un sueño que cocinaras para mi todos los días.

Sol y Nube [Carebears]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora