¡Denle mucho cariño! Nos hemos estado esforzando para traerles está historia, así que espero disfruten el largo camino por delante...
Todos los hechos presentados aquí es ficción tanto como las religiones lugares y sucesos ocurridos. Cualquier pare...
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<<<Nosotros, los solitarios y espíritus libres, nos damos cuenta de que, de una forma u otra, necesitar a los demás es algo sumamente dañino para nuestra salud>>> ~ Friedrich Nietzsche
Hace un tiempo mis padres se divorciaron, ya llevaban un largo tiempo con peleas e infidelidades "falsas" según ellos, intentaron estar más tiempo juntos por mí hasta, que fue mi cumpleaños número 12 y tuvieron que separarse. Al fin.
Me veían como alguien maduro que podría con ello, y sí, la verdad no me importaba mucho si se separaban. Después de todo estaría bien, ya que después de todo su relación no era lo mejor, ellos habían tenido muchas discusiones entre sí desde que ella murió.
No lo recuerdes.
Hace unos dos meses vine con mi padre a Grecia desde Italia.
A la ciudad Atenas. Mi padre es escritor y aparte del trabajo, nos mudamos allí porque conoció a una mujer de la que se enamoró aunque él lo negase. Al parecer a través de llamadas y mensajes telefónicos. Mis notas son altas así que conseguí una beca en una Universidad de aquí llamada "Forst", es una escuela costosa donde personas con gran estatus y capacidad monetaria pueden entrar.
Incluso los dormitorios parecen la habitación de un hotel.
Ahora me encontraba con la señora Elizabeth (ama de llaves), en la residencia de la Universidad. Viéndola abrir con dificultad una puerta de roble que se veía muy cuidada, hasta que al fin cedió abriéndose, dejándome observar al que será mi nuevo hogar por un largo tiempo.
—Esté es tu nuevo hogar— mencionó con amabilidad la señora sacándome de mis pensamientos. Mientras yo me dedique a detallar la sala de estar espaciosa que me recibía. Contaba con un pasillo al fondo y tres puertas a los laterales, que imaginé serían habitaciones, y una de esas la mía. No era tan grande pero podía acostumbrarme a esto.
—Muchas gracias, y disculpe las molestias— mostré mi agradecimiento con una sonrisa, viendo a la mayor frente a mí. La observe sonreírme dulcemente haciendo que sus ojeras y arrugas por la edad sean visibles.
—No hay de qué agradecer, es un honor tenerlo aquí joven Mateo. Sé que el venir de Italia fue difícil pero, esperamos que disfruté de nuestras instalaciones—, se comunicó de forma respetuosa y muy profesional, para luego brindarme una cálida sonrisa. Además de entregarme la llave de la habitación. —Puede elegir una de las dos habitaciones, ya la tercera está equipada para otro chico—.Explicó ella suavemente— Si hay algo que necesite, no dude en buscarme en recepción.
Dió por terminada con un gesto cálido haciéndome sentir un poco más cómodo, me quede observando con cuidado la habitación unos segundos hasta volver mis ojos a ella.
