Capítulo 2 : El Nuevo Vecino

6 1 3
                                    

Melisa Parker

— ¿Entonces que opinas?

La tierna carita de mí hermana me miró expectante... Mientras yo veía el platillo frente a mi:

unos hot cakes quemados con una fresa mal partida y un trozo de crayón azul enterrado en el último hot cake.

quedo... — no tenía palabras para describirlo.

— ¡ay espera! — se bajó del banco de cocina como pudo y corrió hacía el refrigerador, sacando la miel Maple, mi preciada Miel Maple.

« Ayuda »

pruébalos.

Y con mi mejor sonrisa tome un bocado diminuto esperando que solo estuvieran quemados y no trajeran algún ingrediente “extraño” como las últimas veces que la pequeña Sara se había sentido chef.

Estaban crudos por dentro mientras que tenían un sabor amargo como... Como... A ¿pimienta?, cerré mis ojos tratando de que el sabor no me causará náuseas y me lo trague como pude.

— ¿te gustaron? — me veía con demasiada esperanza de que su platillo me haya encantado, con esos ojitos del gato de sherk.

—¿¡estas bromeando!? — exclame —, ¡es lo mejor que me has preparado!

Eso solo provocó qué mi hermana ensanchara su sonrisa y se bajara a abrazarme, verla así de feliz era lo único que me importaba, qué más daba enfermarme del estómago o morir intoxicada.

El sonido de unas llaves nos indicó que alguien había llegado, así que mi hermana se separó de mi.

—ya vine niñas.

— ¡Mamii! — grito emocionada Sara.

La pequeña salió corriendo hacia la puerta, por mi parte me levante de mi asiento hacía la puerta con una sonrisa.

La mujer que me dio la vida estaba de pie y traía consigo unas bolsas de mercado, las cuales dejo en el piso para abrazar a mi hermana.

Mi mamá era una hermosa mujer de 50 años con cabello rizado, era elegante y a la vez un poco alocada.

— hola ma.

— mi niña grande — extendió su brazo en mi dirección para unirme al abrazo de ella y mi hermana — te traje despensa.

Lucia cansada pero a pesar de eso siempre le mostraba su radiante sonrisa al mundo.

¿Sara, podrías llevar las bolsas a la cocina de tu hermana? — la nombrada asintió tomando las bolsas.

— ¿puedo acomodar? — me sonrió.

— no toques los yogurts — y con eso salió corriendo.

Cerré la puerta por mi mamá y ella se sentó en mi sofá, se masajeo la frente, tomo un suspiro, cerro los ojos y yo me acomode a su lado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 24, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La chica del apartamento 206Donde viven las historias. Descúbrelo ahora