En una cueva enorme y profunda. La luz del musgo que brilla en la oscuridad se volvió más clara y el viento que soplaba desde el exterior se volvió más frío.
Entre el sonido claro del agua que goteaba del techo, el sonido de los insectos de la hierba que croaban solo por la noche comenzó a mezclarse. El tiempo ha llegado. Barabius cerró la boca y levantó la espada que había estado apoyada contra una de las paredes.
Un lazo en el hombro y guantes de cuero negro apretados sobre las muñecas. Aunque estaba vestido como de costumbre, su expresión era más determinada que nunca.—¿A dónde vas?
Barabius miró hacia atrás y puso una espada sin una vaina alrededor de su cintura, luego arqueó ligeramente una ceja. Dentro de la cueva, Deborah, recostada cómodamente sobre una enorme roca, lo miraba.
Se pasó el pelo rojo por detrás de las orejas e inclinó su cabeza como si estuviera pidiendo una respuesta, de manera que su exuberante cabello cayó en cascada por las rocas. Las ondas rojas se encontraban con las esquinas de la roca y brillaban misteriosamente como el oro cada vez que se curvaban.
Deborah levantó su cabeza caída cuando Barabius no respondió porque la miró. Sus voluptuosos pechos que apenas se escondían bajo el dobladillo de un delgado vestido morado quedaron al descubierto. Sus ojos turquesa se curvaban como una luna creciente y sus labios rojos tenían una sonrisa lánguida y depredadora.
—Es de noche. ¿No vas a dormir?
“Maldita sea.” Barabius apretó sus dientes y miró hacia abajo. Su corazón latía rápido mientras la parte inferior de sus piernas se calentaba y su mente se quedaba en blanco. Barabius hizo acopio de paciencia, le dio la espalda a Deborah por completo y respondió con dureza.
—Caza.
—Anda.La respuesta fue difícil, pero el permiso fue rápido y fácil. Ella creyó sus palabras sin ninguna duda.
Al mismo tiempo que se sentía aliviado, Barabius sintió una sensación inesperada de decepción. ¿Quizás deseaba que ella se enterara de su mentira?
Barabius inclinó su cabeza avergonzado. Luego fingió estar bien y comenzó a poner la espada en su vaina de nuevo. Inspeccionó la correa de cuero apretada alrededor de su cintura dos o tres veces, y sacó la espada hasta la mitad del mango para verificar si había algún problema con la hoja.Como todos los preparativos estaban terminados, él volvió a levantar la cabeza.
—Es realmente molesto tener que comer algo cada vez.
Justo cuando estaba a punto de salir de la cueva, una voz indiferente lo atrapó por detrás. Barabius sonrió en vano ante aquellas palabras que no parecían molestarlo tanto.
—No puedo evitarlo. Porque soy humano.
—Oh que pena.Una simpatía repugnante.
Sus ojos eran firmes y las comisuras de sus labios se endurecieron. Dijo apretando el arco sobre su hombro.—Vuelvo enseguida.
—Sí.Deborah que estaba a punto de dormirse dio vueltas y vueltas mientras cambiaba de postura. El dobladillo de su vestido rozaba sus dos muslos que habían juntado y el cabello largo y tembloroso se golpeaba contra la roca.
Barabius dejó escapar un gemido bajo a pesar que sus dientes se encontraban fuertemente mordidos. Luego, obligó a sus pies, que rara vez no le respondían, a salir de la cueva.* * *
La densa montaña que atravesaba el largo pasaje era muy oscura y más ruidosa de lo que pensaba.
Silenciosamente comenzó a descender la montaña. En la cuesta escarpada y empinada, ramas afiladas interceptaron/bloquearon su camino, pero aun así Barabius no se detuvo.
N/T: La cuesta es un terreno en pendiente; especialmente el tramo inclinado de una calle, carretera o camino.
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El oveja y la dragona puerca [+19]
RomanceTítulo original: Ovejas bajo el dragón Autor: Ha-ran Yoo Género: Rofan +19 Plataforma: Ridibooks Estado: Completa Capítulos: 2 tomos de 7 capítulos Sinopsis: El dragón Deborah, un ser trascendental. Su posesión más preciada es un humano, Barabius...