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   En aquel enorme jardín del palacio se encontraban jugando dos niños y una niña. Corrían y saltaban de un lado a otro, divertidos y despreocupados de la vida.

_Tengo sed_ Exclama la niña.

Una de las sirvientas y niñera encargada de cuidar de los príncipes, se levanta.

_Iré a traerle un vaso con agua, mi lady.

_Yo le traeré_ Habla el príncipe Jastbael.

_¡No! Yo lo haré_ Dice Joaquín.

Ambos se adelantan a buscar la vasija con agua y un vaso. Se empujan en el camino y forcejean por alcanzar primero el vaso con agua a la princesa. Finalimente, una de las criadas separa a los príncipes que habían comenzado a pelear por sacear la sed de la niña en frente suyo.

Adelaida toma su agua y queda satisfecha.

Joaquín habla

_Cuando crezca y sea rey, quiero que tú seas mi reina, Ady.

_El rey seré yo_ Dice Jastbael_ y tú ocuparás el trono a mi lado.

Mientras los niños discuten sobre quién de los dos gobernará, caminando tranquilamente, se dirige hacia ellos el rey Elok, el padre de la niña.

La toma de la mano.

_Vamonos mi princesa, es hora de volver a nuestro hogar.

_¿Ya nos tenemos que ir?_ Se queja triste.

_¡Quédate, Ady_ Dicen los príncipes.

_Nos vamos, pero volveremos_ Habla con paciencia.

_¿Cuándo?_Pregunta la princesa con curiosidad.

_Cuando llegue el día de tu coronación como reina.

Adelaida se despide de sus amigos y se marcha con su padre. Los niños la ven irse con tristesa.

Esa fue la última vez que la vieron, pero años más tarde se reencontrarían con ella. Volverían a verla, y seguirían luchando por ganarse su corazón.

IMPERIO [Todo vale en el amor y en la guerra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora