dificultades

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—esto es desagradable — indicó el mayor tocando la cicatriz, observando con despreció su rostro que tenia algunos hematomas.

Hunter bajo la mirada, le dolió el comentario del mayor que seguía tocando aquella cicatriz, que ocultaba debajo de esa incómoda máscara.

Belos siguió acariciando aquel rostro, bajando de forma lenta al cuello, probando que el pequeño comensara a temblar, cosa que disfruto el mayor,  que seguía acariciando a su sobrino.

—dime...¿ te gusta ser mi juguetes?— pregunto belos, con una sonrisa de oreja a oreja con un aspecto siniestro.

Hunter solo se quedó paralizado por la pregunta,¿en realidad era un juguete? —¿para usted solo soy un objeto? — su vos era débil, tenía miedo a recibir una respuesta que lo humillara, que lo hiciera sentir como un objeto.

—eres mi juguete favorito— contestó de forma burlona, comenso a morder el cuello de menor, mientras sus brazos rodiaban su pequeña sintira.

—porfavor... no me haga daño— suplico al sentir que belos comensaba a quitarle la toalla, dejándolo expuesto, esto lo tenia muerto de miedo, no quería ser usado para compraserzer sus deseos más bajos del emperador.

—no te dañare...solo quiero demostrarte lo mucho que te aprecio — sonrió deviertido, sus manos comensaron a recorrer el cuerpo de hunter, hera placentero tocar cada parte de ese delicado cuerpo que tembla con cada caricia.

El pequeño guardia dorado, solo seguía soportando cada asquerosa caricia que recibía, cada vez que las manos del mayor invadía otra parte de su cuero se sentía más humillado, estaba siendo usado como un objeto que no tenia ningún valor, para el mayor.

—tio...se lo pido...tenga piedad  — suprico hunter, sentía un escalofrio que lo hacía sentir enfermo asta el punto de sentir que no podía respira.

El emperador inició besando de forma lenta asta convertirse en un beso agresivo, profundo probocando que hunter se quedara sin aire, belos disfrutaba ver como el pequeño quedaba son aire, su mirada llena de miedo, el miedo que tenía hacia el que lo hacía temblar asta el punto de supricar piedad.

—no pongas resistencia...talvez de esa forma no tega piedad por ti— sonrió de forma victoriosa, recostado a hunter en la cama, el cual tenía una mirada apagada.

Belos comenso  a morder de forma agresiva su cuello, bajando hasta su pecho donde comenso a morder uno de sus pezones, mientras pellizcaba de forma agresiva el otro, colocándose sobre el, teniendo aquel pequeño cuerpo debajo de el.

—emperador — arquio la espalda al sentir  como el mayor comensaba a tocarlo de forma agresiva, todo esto le provocaba repulsión, se sentía como un simpre juguete.

—sera mejor que te relajes para que esto sea menos doloroso— indico el emperador, podía ver ese rostro sonrojado, ese frágil cuerpo de hunter temblando, ese pequeño tenía un agradable olor a talistrom que lo embriagaba.

Hunter se sentía tan bunerabre, sucio,  no podría creer que se encontraba en una cituacion tan vergonzosa, había supricado piedad para evitar llegar a este punto, pero aun así sería penetrado por el mayor, ya que este coloco las pernas de este sobre sus hombros, preparándose para penetracion.

—si deciaba destruirme lo a logrado—contestó  de forma casi automática, en realidad el pequeño estaba en un momento de crisis, su mente estaba tan desorganizada que lo único que buscaba era salir de ese infierno, sin importarle que tenía que rebajarse para ser menos dañado.

El guardia dorado, sintió como el mayor comensaba a introducir su miembro en su en su entrada, probocando un dolor  que le broboco un escalofrío en todo el cuerpo, gemido por esa extraña sensación al ser penetrado en esa posición.

guardias de la islaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora