Capítulo 4: Elizabeth

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- ¿Qué te vas a poner?

Ya es viernes por la tarde. Shanon me tiene al teléfono desde hace más de media hora haciéndome preguntas estúpidas como esa. Aún son las cinco, ¿cómo lo voy a saber?

Aún así, no le comento nada de la naturaleza sin sentido de sus preguntas, porque está muy emocionada y yo, a decir verdad, también lo estoy.

- No lo sé, aún es temprano.

- ¡¿Temprano?! ¡Son las cinco y cuarto! -pongo los ojos en blanco-. No pongas los ojos en blanco. Deberías saberlo desde el domingo por la noche.

- ¿Tan importante es lo que me ponga?

- Bueno... no. Si le gustas a Jake, le gustarás con lo que sea que lleves puesto, y está clarísimo que le gustas. Y si me equivoco, te prometo que le gustarás en cuanto te conozca un poco más.

- No puedes prometer eso. Además, yo no lo tengo tan claro.

Un chasquido fuerte por parte de Shanon hace que tenga que apartarme el teléfono de la oreja.

- ¿Sigues pensando en la conversación del lunes? Por lo que me contaste, no la veo tan catastrófica.

- Me dijo indirectamente que no fuera. Y yo, como una tonta, voy.

- Vas porque tienes que ir. Fue él el que te invitó. No tendría sentido que hubiera cambiado de opinión un día después.

- Quizás se arrepintió, o tal vez fue Derek quien...

- ¡Deja de comerte la cabeza! Fue Jake quien te invitó, y estoy segura de que no se arrpiente. Confía en mí. Y ahora, elije qué vas a ponerte y enviáme foto por WhatsApp.

Dejo ir un suspiro. Shanon es muy cabezota, pero agradezco el valor que me está infundiendo.

- Vaaale... Ahora te digo algo.

- Perfecto. ¡Hasta ahora! -y acto seguido cuelga el teléfono-.

Me levanto de la cama y abro el armario. ¿Qué podría ponerme...?

Voy pasando las perchas de una en una en busca de inspiración. ¿Debería vestirme más arreglada que de normal? ¿O como siempre? Shanon seguramente se decante por la primera opción...

Decido tirar por lo fácil y escojo unos tejanos y un jersei. Me los pruebo y le paso una foto a mi amiga.

Shanon: ¡Ni de coña! Así irías un día cualquiera, y hoy no es un día cualquiera. Pruébate el vestido caqui.

Els: ¿No es pasarse un poco? Es bastante arreglado.

Recibo una foto de Shanon. Lleva un mono largo negro.

Shanon: No querrás dejarme en ridículo, ¿verdad?

Sonrío inconscientemente. Es demasiado dramática.

Busco el vestido caqui, me lo pruebo y le paso foto. Su respuesta son varios emoticonos de aprobación.

Me miro al espejo y doy una vuelta sobre mí misma. Es de tirantes, totalmente ajustado. Me llega justo por encima de las rodillas. La tela, que da la impresión de ser de cuero, es muy suave y no creo que me provoque roces. Es demasiado escotado para mi gusto, pero hay que reconocer que me queda bien.

Cuando vuelvo a abrir el WhatsApp, veo un par de mensajes sin leer en el chat de Shanon.

Ponte las botas negras altas.

Y ni se te ocurra ponerte medias, no hace tanto frío.

Le contesto con un emoticono dándole a entender que es muy pesada, y ella me manda uno con un beso.

Me quito el vestido y lo dejo encima de la cama bien puesto, para que no se  arrugue. Me tumbo a su lado, cierro los ojos y sonrío. Tengo que reconocer que estoy nerviosa y feliz.

El gran peso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora