Capítulo G: Invitación.

245 25 0
                                    

Esa clase terminó y oí como Karen se acercó a Abril para preguntarle si la acompañaba a la cafetería a lo cuál ella respondió que sí, seguramente iban por bolitas de cereal. Al poco tiempo de que se fueron una voz masculina comenzó a hablar de ellas.

- Quién diría que la nueva iba a estar tan buena.

¿Buena? Ni que fuera comida.

- Ah ya se, quiero dármela.

Esa voz era de Leo, y bueno, no era una sorpresa para mí saber que le gustaba Abril, lo supe desde el primer día que entró y le dió de codazos a Ricky para que la viera.

- Entonces ¿Vas a ir tras ella?

Preguntó Ricky.

- Para dármela sí, cómo novia no.

- ¿Por qué no? Parece buena chica.

- Pft ¿Por qué querría comer todos los días lo mismo? Prefiero tener variedad.

Ricky se rió cómo un completo idiota, bueno, los dos eran unos completos idiotas

- Eres un cabrón hermano, pero tienes un inconveniente, el rarito de Rosel, Abril siempre está pegada a él.

- Ni me menciones a ese idiota, él me ha quitado facil a unas siete chicas.

¡¿Qué yo que?!

- ¿Y cómo demonios lo hace? Ni siquiera habla, sólo existe.

- Simple, cuándo conozco a alguna chica de otro salón para ligar y se enteran que soy compañero de clases de Rosel me terminan preguntando por él e interesandose más en él que en mí.

Si bueno ¿Quién tiene hambre? Sus problemas para atraer chicas no me podían importar menos.

- ¿Haz intentado decirle algo por eso? No sé, amedrentarlo o algo, no creo que diga nada, es decir, ni habla.

Soltó una risa estúpida.

- ¿Estás loco? Dejó convulsionando al capitan del equipo de voley del último año de un solo golpe, y eso que es un chico atlético ¿Te parezco mínimamente atlético? Además no es la primera vez que el rarito se pelea con alguien y ese alguien termina herido.

- Pues entonces tendrás que alejarlo de Abril.

- No creo que sea necesario, dudo que él esté interesado en Abril - en eso sí que estaba equivocado - si bateó a Rosaline en la cafetería mucho menos estará interesado en Abril que es más fea.

Me enderece rápidamente y me le quedé viendo fijamente, quería que supiera que lo había oído todo, él y su amigo que se quedaron callados un poco asustados, bien, parecía que se habían dado cuenta que los oí, así que regresé a mi posición normal y ellos empezaron a murmurar aún más bajo.

- ¿Nos oyó?

Preguntó su amigo.

- No creo estamos demasiado lejos y hablando bajo, apenas yo te escucho.

- Si pero es rarito, además nos vió fijamente, en todos estos años jamás había mirado a nadie fijamente más que a la profesora Irinea.

- Le das demasiada importancia, cómo sea, vamos por una soda, tengo sed.

Se pararon y salieron del salón. Esos tipos ¿Por qué había gente tan mezquina en el mundo? De todos modos, no permitiré que ese sujeto se le acerque o le haga daño a Abril, y menos ahora que sé sus intenciones con ella, pensando en esto, me quedé realmente dormido.

Inmerso en mi sueño, me despertó una sensación acogedora, alguien me acariciaba con delicadeza el cabello, mi primera reacción fue tratar de tomar la mano que me acariciaba. Era una mano pequeña, fina, muy fría, y su piel era muy lisa.

Él es diferente ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora