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Eran las once de la noche. Felix escuchó como la puerta de su casa era abierta, y unas llaves fueron colocadas encima de la mesa.

- Amor, ya estoy en casa.

Su marido había llegado del trabajo, tarde, como de costumbre.
Felix fue corriendo para recibirlo con un gran abrazo y un beso.

- Binnie, te he echado mucho de menos- un puchero se formó en sus labios.

- Yo también, Lixie- le devolvió el beso.

El rubio se separó de el rápidamente al percatarse de que este seguía con el uniforme de Policía.

- Changbin...- dijo arrastrando las palabras y alzando una ceja- ¿Que haces con el uniforme, mmm?- se pegó de nuevo a el arrastrando su mano por todo el pecho del contrario.

Changbin tomó una bocanada de aire al pensar que más cosas podría hacer su esposo con esas manos.

- No me dio tiempo a quitármelo en el trabajo, así que...- le dio una mirada pícara- ¿Por qué no me lo quitas tú?

Es mentira, si hubiera querido quitarse el traje en el trabajo, pudo haberlo hecho y además le sobraría el tiempo.
No era la primera vez que Felix le veía con el traje de policía, pero de todas las veces que lo hizo, Changbin pudo observar que a su marido le ponían estos trozos de tela.

Felix ahogó un gemido al escuchar la propuesta. Empujó a Changbin al sofá y se sentó lentamente encima de sus muslos.

- Entonces, cariño, ponte cómodo para que yo pueda hacer mi trabajo lo mejor posible.- Felix empezó a desabrochar lentamente los botones del uniforme. Le deslizó la parte de arriba acariciando los brazos musculosos de este, hasta quitarse la por completo.

- Eres Poli, ¿No?- empezó a susurrarle en la oreja- Entonces enseñale a este delincuente como manejas la pistola, papi.

La polla de Changbin pedía a gritos ser liberada. Toda la sangre se le bajó hasta abajo, y ya de por si los pantalones del uniforme eran bastante apretados.
Le gustaba cuando Felix se sonrojaba al agarrarle la mano en público, o cuando le sacaba fotos desprevenido y se avergonzaba, o cuando le pidió que le comprara condones y volvió a casa con diferentes tamaños porque le daba vergüenza preguntar que talla tenía... Pero le encantaba cuando su esposo era así de atrevido.

- Mierda Felix- maldijo con la voz ronca- Quitame estos pantalones de una vez.

Felix miró abajo y pudo ver como el miembro de su marido estaba atrapado en aquellos pantalones ajustados.
Le bajó los pantalones y se sentó encima de su polla. Lo único que los separaba eran los boxers de Changbin.

- Lix, ¿has estado todo el día sin ropa interior?- preguntó agitado el mayor.

- Te estaba esperando.

Comenzó a trazar círculos encima de Changbin, escuchando como este soltaba gruñidos roncos al sentir la fricción.

- Dios Felix.

- Mmgh, Changbinnie- Felix ya estaba como loco moviéndose encima de su marido.- Aah~ Ya puedes meterlo. Me preparé antes de que vinieras- abrazo el cuello del mayor para poder agarrarse mejor.

- Deberías haber esperado para que te prepare yo, amor. Sabes que me gusta hacerlo.

- Pensé que estarías cansado.

- Precioso, para ti nunca estoy cansado.

Changbin se bajó el bóxer como pudo, ya que era bastante complicado con Felix encima.

- Joder, el condón- Changbin suspiró al observar que no había uno cerca.

- Binnieee~ Da igual, mételo ya.

- No no, Lix, espérate.

Changbin se quitó a Felix de encima para dejarlo en el sofá un poco molesto y corrió al baño para coger un paquete entero. Se volvió a sentar en el sofá y colocó de nuevo a Felix en sus muslos.
Se colocó el condón y le quitó la camiseta, por cierto que era suya, para poder ver los pezones rosados de este.
Se acercó a estos para lamerlos y succionarlos a su gusto escuchando como su marido intentaba aguantar los gemidos. Vio como el cuello del contrario estaba impecable, con ese tono moreno que se le quedaba en verano por el sol, y no tardó en lanzarse a el. Beso y succionó cada centímetro de aquel cuello, dejándolo rojo y lleno de chupetones.

Felix le agarró el miembro y alzó su trasero para poder introducirlo en su entrada.

- Binnie, déjame hacerlo a mi.

Fue metiendo lentamente el miembro de su marido a su culo.
Changbin se estaba aguantando las ganas de bajar de golpe a Felix metiéndole su polla de una. Pero sabía que al principio era doloroso para su marido, así que se aguantó y observó como lo hacía el.
El rubio, después de muchos esfuerzos, tuvo todo el miembro de Changbin dentro suyo.

- Aagh~ - Felix se agarró más fuerte a los hombros del otro.

Los pequeños saltos empezaron cuando ya se acostumbró al miembro en su interior.
El salón era una fábrica de gemidos. Los gemidos de Changbin se escuchaban flojos y roncos, mientras que los de Felix más que gemidos eran gritos.

- Dios, mi amor, que apretado estás- dijo Changbin con la voz ronca llena de excitación.

- Aahhg~ - el rubio seguía saltando con las pocas fuerzas que le quedaban.

Changbin al ver como su marido iba disminuyendo el ritmo, lo agarró fuertemente de los muslos y lo colocó debajo de el con fuerza.

Agarró aquellas bonitas piernas y se las puso encima de sus hombros.
Las duras y profundas embestidas no se hicieron de esperar.

- Mmg~ Mmg~ aaah, Changbin, más más!!

- ¿Te gusta mi amor?- las embestidas fueron aumentando la velocidad.

- Me encanta, aaah, me encanta Binnie- los cosquilleos empezaron a brotar en su parte baja del abdomen.- Bin, me falta poco.

Changbin vio como los dedos de los pues de su esposo se iban curvando y su pequeño cuerpo empezó a tener espasmos de placer.

Los ojos del rubio miraron hacia arriba dejándolos medio blancos, mientras la boca se le abría formando una "O" bien redonda y el pre semen se hizo presente.

Changbin tampoco estaba muy diferente, su entrecejo se arrugaba, las venas de su cuello se iban marcando cada vez más, su roncos ronquidos eran más seguidos y sus embestidas alcanzaron una velocidad inhumana.

- Ooh, oooohh~- los dos se corrieron a la vez, Felix manchó su pecho y un poco el de su marido, y Changbin eyaculó dentro del condón.

- Me hubiera gustado que te corrieras en mi cara- suspiró Felix.

Changbin soltó una risa por lo bajo- Mi amor, no digas eso si mañana quieres caminar.

- Un diseñador de moda puede estar sin caminar cuando quiera- respondió divertido.

- ¿A sí?- susurró el azabache lentamente con una ceja levantada.

- Emm- Felix de dio cuenta de lo que provocó cuando notó la polla de su marido levantada de nuevo.- Bueno, eem, debes de estar cansado después de tu trabajo- dijo nervioso.- Así que vete a darte una ducha, yo te prepararé un té..- el rubio se levantó del sofá, pero una mano grande y fuerte aprisionó su muñeca.

- Bebé..- Felix se preguntaba como cojones su marido tenía la voz el triple de ronca de lo normal- Tú no te vas a ninguna parte.

   

My sexy policeman- ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora