Kessha

Prologo

En un gran clan guerrero de Japón nació una pequeña niña con unos ojos muy peculiares, eso fue lo primero que sus padres vieron al sostenerla por primera vez en brazos, unos ojos violetas profundos como si se tratara de dos amatistas que pudieran verlo todo a la misma vez que escondían los más profundos secretos del universo, unos ojos capaces de conquistar el corazón más helado. Sus padres decidieron llamarla Kessha, un nombre a la altura de su belleza y poderoso como el clan que un día heredaría.

Kessha era una niña tranquila pero sus padres se dieron cuenta de que siempre parecía aterrada, como si viera fantasmas su mirada se perdía en un punto fijo de la casa y al rato volvía a la realidad, pensaron que eran delirios de un pequeño bebé así que no le dieron mucha importancia, aún le faltaban años para desarrollar la visión de la familia y ellos no veían a los seres al mirar donde ella miraba.

Cuando apenas tenía unos meses sus padres descubrieron otra peculiaridad de la niña, su pelo era del color de las peonías, un rosa claro muy raro al ser ellos simples humanos. Con los años, cuando le creció el pelo descubrieron que era aún más extraño, empezaba siendo un rosa como el de las Petunias en la raíz, después pasaba a ser el rosa de las peonías y en las puntas volvía a oscurecerse creándose un rosa fucsia, siendo una combinación de magenta, rosa y fucsia.

Intentaron ignorar tanto los comportamientos como los rasgos tan especiales que tenía y la intentaron criar de la mejor forma posible, pero tenía que aprender las tradiciones familiares y era la próxima heredera así que a la corta edad de 4 años empezaron a enseñarle todos los conocimientos de guerra que pasaban de generación en generación. Aunque actualmente este clan guerrero no peleaba ya que no había guerra por la que pelear siempre siguieron traspasando los conocimientos para poder defenderse en el futuro.

Tanto sus entrenamientos como sus estudios especiales eran intensos y a medida que crecía se complicaban más, pero era una chica lista y sus padres siempre le daban tiempo libre y le dejaban ir a la escuela donde hizo bastantes amigos debido a su carácter extrovertido, amable y empático.

No fue hasta los 10 años, donde supuestamente se desarrollaba su visión, que se dieron cuenta que era más poderosa de lo que pensaban, su clan, el clan Fujiwara tenía una visión especial, eran el único clan capaz de ver seres mágicos, seres que estaban allí pero nadie podía ver, pero pocas veces los veían si no se forzaban un poco, dependiendo del poder que se tuviera era más fácil o más difícil verlos, pero ella los veía a todas horas y en todas partes, allí se dieron cuenta que también los veía siendo un bebé y que siempre los había visto, esos seres que podían ser animales o seres fantásticos, lógicos o ilógicos, pero siempre especiales.

En esos tiempos nadie sabía que era la magia pero sabían que esos seres no eran normales, Kessha a veces veía pequeños conejos que la miraban y cuando ella intentaba acercarse por su curiosidad se iban corriendo y se desvanecían en humo, otras veces veía seres parecidos a llamas pero con cara y que flotaban por el aire, otras veces veía seres de fuego que flotaban muy cerca del suelo, de todos ellos habían tres que le daban especialmente miedo, unos con forma humanoide pero sin rostro, solo con unos ojos rojos penetrantes y con ropas con vuelo que le recordaba a la ropa de las diosas, otros que eran una especie de gatos con tres colas y 4 orejas que tenían una mirada dorada que no podías dejar de mirar y el último, el que más miedo le daba, era un humanoide con ojos rojos, pero su pupila era como la de un felino, con una sonrisa tétrica y una lengua tan larga como la de una serpiente, sus orejas eran puntiagudas y sus dientes afilados, vestía con un vestido largo que hacía que no se vieran sus pies, pero ella sospechaba que no tenía, nunca hacía ruido al andar como los demás, ni un solo ruido, solo escuchabas el siseo de su lengua y los golpes de sus garras en las cosas que tocaba.

Todo el clan reconoció esa poderosa capacidad, todos la respetaban, pero ella no quería eso, ella solo era una niña que veía cosas que a veces daban miedo, quería dejar de verlos aunque fuera por un tiempo, quería ser como los demás, pero poco a poco se acabo de acostumbrar y poco a poco empezó a ver menos seres, no por qué su poder disminuyese sino porque los seres se escondían de ella, como si le tuvieran miedo o notarán algo. Siguió con su entrenamiento y en la escuela cada vez era más popular por su belleza, muchos chicos se quedaban mirándola, muchos intentaban invitarla a salir o simplemente intentaban hablar con ella, pero Kessha no tenía tiempo para dedicar a los chicos, si, quería un romance, pero en ese momento no le era posible y realmente ninguno de esos chicos la atraía.

Se centró en su entrenamiento, en sus notas y en conservar aquellas amigas que ella consideraba importantes, claramente muchas acabaron traicionándola por celos o cualquier tontería de esa edad pero a ella no le importó, ella tenía cosas más importantes de las que preocuparse que de la reputación de la escuela o simples cotilleos de mal gusto sobre ella, así que lo ignoro y siguió con su vida. Se convierto en una gran guerrera, dominaba tanto katana como arco y varios de su aldea la adulaban, muchos jóvenes de más o menos su edad querían salir con ella, alguno por su belleza, otros por su fuerza, otros por su carácter y otros, los peores, por su posición, pero Kessha pasaba de todos ellos, para ella solo eran compañeros.

Kessha tenía una buena vida hasta que todo empezó...empezaron los problemas de suministros, empezaron a aparecer monstruos, empezaron las noticias de animales, plantas y humanos infectados, empezaron las guerras por intentar sobrevivir...y empezó el apocalipsis, es así como este clan guerrero tuvo su hueco en la historia otra vez, es así como Kessha empezó a luchas y es así como acabaron criogenizándola, en medio de todo este caos unos científicos empezaron el proyecto HDA (Heros Del Apocalipsis) donde seleccionaron a unos pocos para convertirse en los héroes del futuro, los que en el peor momento se levantarían y acabarían con el apocalipsis, o eso creían...