𝐴𝑇𝑅𝐴𝐶𝐶𝐼𝑂́𝑁

❇2❇

El vuelo lo había dejado más agotado de lo que esperaba.

Viajar desde Inglaterra hasta la cuidad de México era algo lo que todavía no se acostumbraba.

Recogió su par de maletas y logro conseguir un taxi que lo llevará a la dirección que Kevin le dió.

El omega les comentó, a él y a Luis, que tenía algo que decir, por lo que decidió un par de días antes.

Agradecía al club por liberarlo tan fácil y sin conflicto.

El chofer lo llevaba por calles que no conocía, lugares por los que nunca habia estado.

Kevin se había ofrecido a ir a recogerlo al aeropuerto, más no quería molestarlo.

Casi se duerme en el taxi, pero la voz del chofer lo despertó avisándole que ya habían llegado.

Bajo del carro y recibió sus maletas, ahora tiene que buscar el piso y la habitación del omega.

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Kevin despierta cuando tocan la puerta del departamento.

Se ve en el espejo de su habitación, tiene el cabello despeinado que intenta arreglar pasando sus dedos entre las hebras del cabello.

El camisón que usa de pijama llega hasta la mitad de sus muslos, su pancita apenas empieza a marcarse en la ropa.

Limpia las esquinas de sus ojos y se desea a si mismo buenos días acariciando su vientre.

Las voces fuera de su habitación le recuerdan que no está solo, y que ha despertado por el ruido de la puerta "mierda" dice mentalmente saliendo de la habitación.

Entrando a su departamento está Luis y al lado de la puerta ve a Israel.  El primero mira al contrario con curiosidad mientras el otro termina de abrir la puerta.

—Ya está el desayuno— Dice Israel cuando le mira salir del cuarto.

—Gracias— Alcanza a decir antes de que la tercer persona en el lugar lo abrace.

Los brazos de Luis lo toman de lo que aún le queda de cintura y el termina recargando el rostro en su cuello.

Aspirando el aroma que tanto extraña y le hace terminar de despertar "Café".

Luis besa su mejilla y luego sus labios —Te extrañe— le dice cuando se separan y él asiente.

Se quedan en silencio un rato hasta que el mayor vuelve a hablar.

—¿Qué hace el aquí?— susurra en su oído y le es imposible que sus mejillas no se tiñan de rojo, delatándolo.

Luis le mira analizándolo, lo conoce desde hace años y está seguro de que ha entendido la situación desde el primer momento.

Aun así las palabras "Perdon" se quedan atoradas cuando Chávez le interrumpe —Vas a tener que explicárselo a Julián no a mí— y la seña que hace le hace mirar a la puerta que se a quedado abierta.

Los ojos cafes le miran dando pasos cada vez más rápidos hacia su lugar, Julián sonrie como siempre y lo hace aún más cuando el aroma a leche materna llega a su nariz.

Todo el departamento tiene ese aroma en cada rincón, un omega en espera.

Cuando su distancia se disuelve el alfa le toma el rostro besándolo.

Está feliz, la mezcla de su propio aroma con el café amargo de Luis y el dulce de leche de Julián le hacen ronronear.

Julián rompe el beso y voltea la vista al otro alfa, señalando su mejilla, Luis rueda los ojos antes de saludarlo.

Kevin suelta una pequeña risa aún no entiende en que momento el par de alfas también se tomaron cariño, más esta feliz de ello.

La voz de Israel rompe el silencio —Ya está el desayuno— repite ahora no sólo dirigiéndose a él.

Y sabe que ahora tiene algo que explicarle a Julián, que toma su mano, ante la mirada curiosa de Luis.

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