Un pequeño Remus Lupin de unos 7 años miraba aburrido por la ventana de su habitación hasta que vio como un carro y un camión de mudanza se estacionaban en la casa de enfrente. Interesado se puso a observar como una familia se mudaba a el vecindario siendo sus nuevos vecinos.
Luego de unas horas cuando ya la familia estaba instalada, Hope, la madre de Remus subió a su habitación.
- Remus vístete bien vamos a ir a darles la bienvenida a los nuevos vecinos. - le avisó en tono suave pero autoritario.
- Voooy - se levantó de su cama y se vistió con un abrigo para el frío que comenzaba a hacer ya que eran principios de otoño.
Al ya estar vestido tomó su libro de Viaje al Centro de la Tierra el cual estaba leyendo y bajo a la sala en la cual lo esperaban sus padres para dirigirse a la casa de los nuevos vecinos. Al tocar les abrió la puerta una señora de aproximadamente la misma edad que su madre. Se saludaron, presentaron y los invitaron a pasar. A dentro era muy acogedor y por lo que pudieron observar no eran magos.
Una niña de la misma edad de Remus bajó las escaleras y los saludó tímidamente.
- Hola, soy Belinda, un gusto.
- Hola corazón, yo soy Hope y el es Lyall y el es nuestro hijo Remus, saluda Remus - se presentaron la familia Lupin.
- Hola soy Remus Lupin - habló tímido y con la mirada un poco gacha.
- Un gusto Remus, soy Belinda Smith. - correspondió el saludo y fue entonces cuando notó el libro que traía entre sus manos - Ese es Viaje al Centro de la Tierra?
Al oír eso Remus levantó la cabeza y la miro emocionado de conociera el libro - lo conoces?
- Claro, tengo todos los libros de Julio Verne solo me falta ese por leer. - Respondió entusiasmada.
- Wow, si quieres algún día te lo presto cuando termine de leerlo. - le propuso con una sonrisa, ya entrando en confianza y acercándose un poco a ella.
- Quieres que te muestre mis libros? - preguntó ilusionada.
- Claro - respondió igual de emocionado por conocer libros nuevos y a una persona que le gustará leer tanto igual que a él.
- Ven - lo tomó del brazo y lo llevó corriendo hacia una habitación rosa con altas estanterías de libros.
- Todo esto es tuyo? - preguntó anonado por tantos libros
- Sip, mi papá me los compra para mí - respondió con una sonrisa orgullosa.
- Wow
- Si quieres algún día te presto alguno si tú prometes cuidarmelos y prestarme alguno tuyo.
- Si claro, lo prometo.
A partir de ese día dos niños juntaron su vida. Su pasión por la lectura los unió y nunca más los separó. Con el tiempo su amistad fue creciendo. La niña al ser muggle no sabía sobre la existencia de la magia ni de la terrible condición que su mejor amigo cargaba arriba. Una noche cuando ambos tenían 10 años y estaban acostados mirando las estrellas en el techo de la casa Remus, Belinda se atrevió a preguntar por las cicatrices que adornaban su rostro.
- Remus - habló en un susurró sin despegar la mirada de las hermosas estrellas que alumbraban la noche acompañadas de una luna en su punto medio.
- Hmh
- Por qué tienes esas cicatrices? - al momento de hacer la pregunta Remus se tenso y giró su cabeza rápidamente hacia su mejor amiga. - siempre me causaron curiosidad pero nunca pregunté por qué pensé que no te gusta hablar del tema y ahora al ver lo notoriamente tenso que estás es obvio que te incomoda el tema.