Mis manos sudaban y mi corazón latía con fuerza cuando finalmente encontré el valor para decirlo.
—Me gustas, Tweek.—La sala de clases parecía encogerse a mi alrededor mientras esperaba su respuesta. Tweek, siempre un torbellino de nervios debido a su adicción al café, pareció estar al borde del colapso. Pero mi declaración lo dejó completamente abrumado, y su única respuesta fue un sonoro "¡Gah!" que atrajo todas las miradas de nuestros compañeros.
El estruendo de su exclamación atrajo la atención de todos los de presentes, y no podía evitar sentirme avergonzado. El profesor Garrison, ese hombre amargado que día tras día se volvía más insoportable, interrumpió nuestras vidas una vez más.
—No quiero murmullos en clase. —Su tono dejaba claro que no tenía paciencia para lidiar con ningún tipo de distracción en ese momento. Y pensar que cada día, este viejo se volvía aún más insoportable. ¿Por qué demonios había terminado siendo profesor de secundaria? Yo había esperado, ilusamente, que después de la primaria nos liberaríamos de su presencia.
La clase de Garrison transcurrió rápidamente, aunque para mí, pasó en cámara lenta. Durante toda la clase, mi atención se centró en Tweek. Observaba su piel impecable a través de las aberturas mal alineadas de sus botones desgastados. Me imaginaba sus brazos adornados con vendajes de tonos pastel mientras peinaba su desordenado cabello. Disfrutaba viendo cómo un leve sonrojo teñía sus mejillas con vergüenza cada vez que dejaba caer el lápiz debido a sus incontrolables tics.
Finalmente, el timbre resonó, arrancándome de mis pensamientos. Sentí una punzada de decepción al darme cuenta de que la oportunidad de admirar a mi rubio se desvanecía. Tweek se levantó de su asiento y, como buen enamorado iluso, me puse de pie también. Mi intención era ayudar a Tweek a recoger los rotuladores que se escapaban de su estuche cada vez que un tic inesperado lo asaltaba. Nuestros ojos se encontraron en un instante, y me invadió un temblor comparable al de un adolescente ansioso.
Me imaginé sus piernas bien formadas enredadas alrededor de mi cintura, contrayéndose una y otra vez hasta hacerlas temblar. Sí, eran las hormonas en pleno apogeo.—¿Vamos a la cafetería?—Extendió su mano hacia mí con un gesto de amabilidad que me hizo sentir que todas mis muertes habían valido la pena.
Con delicadeza, uní mis dedos con los suyos, como si estuviera tocando un pedazo de cielo. Tweek, con sus mejillas ligeramente sonrojadas, me regaló una cálida sonrisa, y comenzamos a caminar juntos. Las miradas curiosas de los otros estudiantes no se hicieron esperar; finalmente, las tornas habían cambiado. Ahora, era yo quien sujetaba la mano de este chico paranoico, en lugar de Craig, como solía ser habitual.
Una sensación de orgullo se dibujó en mi rostro mientras mi mente creaba un escenario imaginario en el que los otros estudiantes aplaudían y vitoreaban mi nombre.
Yo, Kenneth McCormick, me encuentro lleno de un extraño orgullo al confesar que le he arrebatado a Craig Tucker, conocido como "estreñido mental", a su novio.
No puedo evitar agradecer que Craig haya puesto más atención en su propio yo narcisista y haya dejado de lado a Tweek. De verdad, muchas gracias por eso.
En la cafetería, el rubio soltó mi mano con una pizca de vergüenza, temblando visiblemente frente a la aura oscura que emanaba de Craig. La mirada de Craig era como una daga que amenazaba con traspasarme.
Mis labios se curvaron en una sonrisa. ¿Quién hubiera imaginado que se podría transitar tan rápidamente del miedo abrumador a una ira incontenible? Entonces, Craig dirigió una mirada cargada de tristeza hacia Tweek mientras dejaba escapar un suspiro. Parecía que su estado emocional estaba más decaído que las tetas de la señorita Selastraga.
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¡Oh, Dios mío! ¡Mataron a Kenny! (Twenny/creek)
FanfictionA los 18 años, Craig Tucker cometió un crimen devastador mientras se encontraba bajo la influencia del alcohol. En un acto de furia incontrolable, agredió de manera brutal a Kenneth McCormick, causándole la muerte. La tragedia tuvo lugar luego de qu...