EL MINISTERIO DEL TIEMPO (ALBAYA)

FINAL DEL TIEMPO (Primera Parte)

—Me aseguraré de ello.

Esas palabras seguían resonando en la cabeza de Alba mientras recogían todo para salir de aquel piso. Quedaba poco para el inicio del primer bombardeo y estaban justo en el foco, como habían pretendido los Hijos de Herodoto, así que tocaba alejarse lo antes posible de ese lugar y trazar un plan para cazar a esos traidores y sobretodo a Mikel.

—La puerta del Ministerio está cerca. —dijo Marina.

—¿Es seguro que vayamos por esa? —Quiso saber Julia.

—Es la más rápido y no hay mucho tiempo antes de que... —Iba a seguir pero las sirenas avisando de que se acercaban aviones la interrumpió— ¡Vamos!

El rugido de los aviones se escuchaba muy cerca mientras las sirenas seguían llamando a protegerse, la gente se iba refugiando como podía, algunos en sus sótanos otros en los refugios que existían por toda la ciudad. Se podía sentir el miedo en sus prisas y no era para menos, los bombardeos en Barcelona empezaban a ser una norma haciendo sufrir a la población civil por una guerra injusta y sangrienta.

—¡Ahí es! —Gritó Marina señalando al edificio que tenían en frente.

Natalia miró hacia aquel lugar, le resultaba familiar y no sabía porqué, no hasta que entró por la pequeña puerta que Marina mantenía abierta.

—No es seguro estar aquí. —dijo cogiendo a Alba de la mano— Sé donde estamos, en pocos minutos este edificio va a quedar destruido por una bomba. Tenemos... —Miró su reloj— Menos de un minuto.

Alba asintió y se puso delante de todas para hablarle a Marina que al recibir el mensaje de su hermana se apresuró aun más en buscar la puerta, no estaba segura de cual era así que tuvo que probar varias hasta que acertó. Todas la fueron siguiendo entrando en ella, primero Cloti, Mamen y Julia. Después Aura y ella misma, seguidas por una Alba que no le soltaba la mano a su mujer hasta que.

—¡Natalia! —Chilló Alba al sentir el empujón— ¡No!

Pero no pudo hacer nada, la puerta se había cerrado detrás de ella y por mucho que intentara abrirla era imposible lo que significaba que al otro lado había sido destrozada. Sintió una mano agarrarla por el brazo y llevársela de ahí, pero peleó todos lo que supo para librarse, no podía volver a perderla, no ahora.

—¿Qué ha pasado? —Preguntó Aura viendo como María peleaba para arrancar a Alba del interior de la puerta— ¿Dónde están Natalia y Olivia?

—Cariño...

Marina no sabía qué decir, no quería pensar en que... No, seguro que Natalia había logrado salvarse a ella y a Olivia. Era Natalia Lacunza al fin y al cabo y había pasado años en esa misma guerra peleando y sobreviviendo. Pero si la puerta estaba destruida, como parecía estar, ¿Cómo iban a volver para salvarlas? Aunque ahora había algo más urgente, su hija y su hermana, debía calmarlas y comenzar a trazar un plan. Aura se había sentado en las escaleras frente a la puerta tapándose la cara con las manos mientras lloraba, mientras que Alba ya no estaba, le había gritado de todo a María y ahora iba en busca de Joan para que le diera una solución acompañada con Mamen que intentaba calmarla dentro de lo posible.

—Aura. —Marina se sentó a su lado y acarició su pierna esperando que su hija la mirase cosa que hizo— Natalia antes de cruzar nos dijo que en aquel lugar iba a caer una de las bombas, por eso no cruzaron. —Aura iba a hablar pero Marina la frenó— No, no podemos saber si siguen vivas, pero conozco a Natalia, sé que no va a dejar que una maldita bomba en una maldita guerra acabe con ella y con su hija, no si puede evitarlo.

—Ya pero... La puerta...

—La puerta puede haber quedado destruida, pero ellas han tenido tiempo de salir, créeme en esto. —Aura asintió sobretodo porque creer lo contrario la iba a matar— Ahora lo que hay que hacer es buscar la manera de regresar a ese tiempo, aunque sea dando un rodeo.