Destino Fragmentado. Sasunaru

Capítulo 5

Supo que había anochecido cuando el silencio envolvió las paredes, y el rubio ninja pareció estar mucho más alerta en lo que los rodeada. Las sombras se alargaron en la habitación, y cada minuto parecía eterno mientras esperaban algo, cualquier señal de lo que vendría después.

Finalmente, el silencio se rompió con un sutil sonido de movimiento fuera de la habitación. Los sentidos de Sasuke se agudizaron, su atención fija en la puerta. De repente, el sigilo se quebró cuando una figura cruzó el umbral, sus pasos amortiguados por el tatami. La máscara de gato ocultaba su identidad, pero la postura emanaba autoridad.

En un movimiento ágil y fluido, el ninja con la máscara de gato extendió un pergamino hacia el rubio de máscara de zorro, quien permanecía en silencio y expectante. Las palabras eran innecesarias; las acciones hablaban por sí solas. El rubio tomó el pergamino con una mezcla de cautela y curiosidad, sus ojos ocultos detrás de la máscara observando atentamente al nuevo recién llegado.

El ninja de máscara de gato continuó: —Las instrucciones están claras. Debes entregar esto antes del amanecer del tercer día.

Sin embargo, había algo en su tono de voz que parecía alertarlo del peligro. "Es un alfa" Alcanzó a pensar Sasuke, sin despegar la mirada de cada una de sus acciones. Era evidente que había una historia más amplia detrás de esta conversación, una que él apenas comenzaba a entrever. El rubio de máscara de zorro asintió en respuesta, su mandíbula tensa y los ojos fijos en el pergamino. Aunque Sasuke no podía escuchar todos los detalles de la conversación, podía sentir la gravedad del asunto en el aire. La sensación de que había mucho más en juego de lo que comprendía lo llenó de inquietud.

El ninja de máscara de gato giró sobre sus talones, preparándose para partir. Pero antes de desvanecerse en las sombras, lanzó una última advertencia en dirección a Sasuke, su tono llevando consigo una amenaza velada: —Y tú, no interfieras en asuntos que no te conciernen, si no quieres tener problemas que lamentar.

La habitación pareció respirar un poco más fácil cuando su presencia se desvaneció, pero la tensión seguía palpitando en el ambiente. Sasuke volvió su atención al rubio, cuyo hombro se veía más sombrío que antes. Sasuke no podía evitar preguntarse qué tipo de mundo se había visto arrastrado.

Los ojos del rubio finalmente se posaron en Sasuke, y aunque su mirada estaba oculta tras la máscara, pudo sentir que estaba evaluando su reacción. Sin embargo, como había estado desde que llegó, se limitó a decir algo más. No es como si hubiera deseado estar envuelto en lo que sea que ellos hacían. ¿Dónde estaba su muerte pacifica?

—Nos iremos —lo escuchó decir.

A diferencia de la ultima vez que llegó inconsciente, pudo darle un buen vistazo a los pasadizos por los que se desplazaban desde la habitación. Algunas veces habían crujidos de la vieja madera sobre sus pies, y ruidos en seco que los hacía detenerse, conteniendo la respiración.

"¿Incluso en este lugar debía de estar alerta?"

El refugio para las bestias cazadoras parecía también ser una trampa para ellos mismos, de las que ni siquiera lograban confiar. Sasuke podía ver la espalda de Naruto frente a él, tensarse más de una vez, mientras pasaban por las habitaciones. No quería vivir la vida que él tuvo.

Ya sea una bestia que sostenía la sangre de los demás entre sus dedos, además de la fría mirada que se ocultaba bajo una máscara. Igual caería como cualquier otro humano.

Tejiendo sombras oscuras entre los árboles del bosque espeso por el que caminaban. La única fuente de luz provenía de la débil luminiscencia de la luna, filtrándose a través de las ramas entrelazadas. El dojo ninja se hallaba oculto en lo profundo del bosque, como una sombra en la noche que caía sobre el Imperio. Afuera, los rumores sobre los asesinatos del misterioso grupo crecían entre susurros. El sendero por el que caminaban estaba cubierto de hojas secas que crujían bajo sus pies, añadiendo una capa adicional de sonido a la atmósfera. Odiaba ese sonido. A lo lejos, se escuchaban los lejanos aullidos de algún animal nocturno, aumentando la sensación de peligro que rodeaba a los dos hombres.