Era el último día de clases. Las semanas siguientes pasaron volando y al fín Samantha ya no tendría que estudiar para cada maldito examen, era realmente un alívio. Más cuando últimamente las chicas del grupito le habían hecho la vida imposible y ahora que acababan las clases, no las vería durante dos meses. Dos hermosos y largos meses.
De alguna manera, aquello debía alegrarle. Estaría divirtiéndose con sus amigos y sin la presencia de la imbécil de Abril Garza, pero no pudo evitar sentirse deprimida todo el día. Podía notar que Millaray se sentía igual que ella. La única que parecía realmente feliz era Rocío, quien no dejaba de sonreír.
Hoy no había razón alguna para ir a la biblioteca, así que no lo hizo. Samantha tampoco pensaba que la castaña fuera a ir. Pero, al llegar al comedor y no encontrar a sus amigas, se asustó. Fue al primer lugar dónde esperó encontrarlas, el baño.
-¡Son unas zorras! -escuchó la voz de su mejor amiga hablar, Rocío.
-¡¿Qué coño les pasa?!- bueno, últimamente su otra mejor amiga había mejorado su carácter, seguía siendo tímida pero aveces soltaba unos tacos cuando estaba furiosa.
Samantha entró al baño y se encontró con las dos chicas cubiertas de pintura rosa. Habría reído si no fuera porque las dos chicas parecían furiosas y no quería que se desquitaran con ella.
-Siendo honesta, Chio. Tu color no es el rosa -intentó bromear y las chicas la fulminaron con la mirada -A ver, ¿Victoria? ¿Abril? ¿Alana? ¿Quién fue?
-Todas ellas -respondió una molesta Millaray y después de quitarse el pegote del cabello, soltó un chillido - ¡Como detesto a Victoria!
-¡A todas esas malcriadas! -dijo Rocío, sin referirse a alguien en especial.
Samantha si lo había hecho. No soportaba específicamente a Abril, pero no lo dijo.
-¿Cómo sucedió? -preguntó, dejando su mochila en el suelo y abriéndola.
Le entregó una camiseta limpia a su amiga y luego una sudadera a la pelinegra. Ya era la costumbre traer ropa de cambio, desde principios de año que llevaba haciéndolo, aunque sus amigas nunca siguieran su consejo. A ella le era muy útil.
-Estaba abriendo mi casillero tranquillamente, Rocío estaba conmigo- comenzó a decir Millaray mientras se lavaba la cara y el cabello, después se despojó de su camiseta y se colocó la que Samantha le habla entregado -Entonces, de la nada, algo explota en él y cuando abro los ojos estoy cubierta de pintura.
-Yo, por estar allí, tambien fui bañada en pintura. Que desagradable -dijo Rocío, también quitándose la camiseta sucia y colocándose la sudadera.
-Que zorras... -comentó una Samantha sorprendida, ellas cada vez mejoraban sus métodos de acoso para las chicas.
-¡Y Abril! Ella es una perra -dijo muy enojada Rocío, pudo ver como Millaray también la apoyaba, asintiendo.
-Abril simplemente pasó a nuestro lado y nos tomó varias fotos mientras se reía. Ahora deben de estar por toda la red escolar -dijo echando humo y Samantha abrió los ojos ¿Abril había hecho aquello?
-Ella... ¿Hizo eso? -le sorprendía, ya que hasta el momento la castaña nunca había participado directamente en las bromas.
-¡Sí! -vociferaron los dos, ahora más limpias, y Samantha tomó asiento en el frío adoquin del baño.
Ya era una costumbre para ellas sentarse en el sin temor a que las vieran, nadie nunca utilizaba el baño del tercer piso,
-Supongo que todas son zorras -susurró un poco decepcionada, pero luego pareció molestarse.
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❝𝙍𝙞𝙫𝙖𝙡𝙚𝙨❞ ۪ 𖥔 ˑ𝓡𝓲𝓿𝓪𝓻𝓲 ✧
Fanfic𝐒𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐡𝐚 𝐑𝐢𝐯𝐞𝐫𝐚 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘢 𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘤𝘶𝘯𝘥𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘪𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘢𝘴 𝘣𝘶𝘳𝘭𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴, 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘶𝘯 𝘨𝘳𝘶𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘳á 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘰𝘱𝘶𝘭𝘢𝘳 𝐀𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐆𝐚𝐫𝐳�...