capítulo 1: La confesión de amor

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Érase una vez en un pueblo llamado BackWood...

Vivía un chico con un nombre tan singular como cualquier otro, el nombre del chico era William, cuando nació sus padres lo llamaron así porque era más pequeñitos que los demás bebés varones, a medida que iba creciendo se volvía protector y amoroso con lo que le importaba y así sus padres notaron que el nombre recibido para él era merecedor de portarlo ya que eso significaba su nombre “William".

Su familia tenía una posición
económica favorable, la familia Rixton había sido heredera de esa riqueza por años al igual que la familia de Ruby
la chica que a él le gustaba desde hacía mucho tiempo...

Ahora William es un chico muy guapo, tiene ojos verdes con hermosas pestañas rizadas, cabello rubio oscuro más bien parece como el color que toma el azúcar al convertirla en caramelo, su piel es tan blanca como la leche y sus labios como un par de almohadas rosa, es alto y de buen parecer en pocas palabras es todo lo que una chica desea.

Ruby es una chica muy amable sin embargo un poco celosa, ella tiene el cabello largo por debajo de los hombros tan dorado como el sol al saliente, sus ojos son como dos grandes lagos azules y sus labios tan rojos como carmesi, su piel es como la nieve y su cuerpo tiene buen porte, la verdad es muy atractiva y elegante.

Siempre que él la ve, sus mejillas se sonrrojan, pues Ruby es muy guapa y además es la clase de chica que llama la atencion de cualquiera, tanto hombres como mujeres voltean cuando ella camina por las plazas con sus amigas y no solo eso si no que cualquier madre la querria como nuera.
Un día, por fin después de tantos intentos y tiempo Willian se arma de valor para invitar a un picnic a Ruby, va caminando en dirección hacia donde está Ruby para su mala suerte ésta no está sola allí están sus amigas pero no piensa dejar escapar está oportunidad, a medida que se va acercando su corazón late más deprisa y piensa en que es lo que pasaría sí ella no acepta la invitación, se morirá de vergüenza sí eso llegase a ocurrir, entonces cree que sí se va antes de que las amigas de Ruby lo vean, podría evitar la gran torpeza de equivocarse o quedarse estático frente a ella, pero la verdad es que eso no le debería preocupar porque antes de equivocarse y verse como todo un tonto, él es un sueño andante.
Cuando queda a pocos metros de llegar ante Ruby, las amigas de está le advierten del un poco tímido rubio de los labios rosa, creanlo o no él guapo chico de los ojos verdes, es un poco tímido.

Ruby está de espaldas a él, tratando de contener la emoción producida por él cercano próximo acontecimiento, está tan emocionada y nerviosa que él rubor de sus blancas mejillas se ah empezado a notar, William se acerca y tose un poco para aclarar su voz, Ruby se da la vuelta y lo mira un poco seria para tratar de disimular sus grandes nervios, él abre la boca dos veces pero no sale palabra alguna está un poco nervioso por eso no encuentra la voz para hablarle , Ruby baja la mirada y ve que en la mano derecha del rubio se encuentran unas pequeñas Florecitas lilas las que a ella tanto le gustan y sin saberlo, él las lleva como obsequio para ella, William esta estático, pues piensa que le dirá a la chica que tiene enfrente, después de unos segundos consigue recuperar la voz y hablar, ya que le había costado mucho valor llegar allí y pararse frente a ella, no era algo que controlará del todo pero claramente el rubio no desaprobecharia esa oportunidad, empieza titubeando un poco, pero a medida que sigue hablando sus nervios desaparecen, primero le pregunta sí estará libre él fin de semana, rápidamente Ruby sonríe y asienta con la cabeza para confirmar su pregunta pero como era de esperarse de toda mujer curiosa le pregunta -y dime, ¿a que viene todo esto?, al parecer la pregunta tan repentina de Ruby hizo que la sangre de William comenzara a hervir, y sus mejillas rápidamente tomaran la ligera apariencia de un pétalo de rosa rojo, pero como era obvio, William no dejaría que las palabras tan ciertas en aquella voz como de ángel de la hermosa señorita le afectarán a su respuesta. William la mira fijamente a los ojos, rápidamente en su cara se dibuja una sonrisa y responde -hermosa dama, permítame invitarla este sábado por la mañana a un picnic en un digno lugar de su belleza; las mejillas de Ruby saltan repentinamente de bancas a rojas, está tan apenada que no puede evitar llevarse la mano a los labios, está inmóvil y sorprendida.

sombras de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora