El mundo estaba lleno de colores hermosos y Lukas no podía verlos. Él era una persona curiosa, quería saber como se veían en realidad los colores de todas aquellas cosas maravillosas que veía pero su grado era tan severo que sólo podía ver blanco y negro con escalas de grises. Se encontraba atrapado por su condición y eso la frustraba de sobre manera.
Alex, su mejor amigo, quería enseñarle a Lukas sobre todo eso que no podía ver, quería que entendiera que era lo que se llamaba ❛❛colores❜❜. Entonces ideó un plan en dónde no sólo enseñara a Lukas sobre lo maravillosos que podían ser y sentirse si no también, uno para conquistar su corazón.
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─ ¿Ali? ¿Por qué me has traído aquí? ─ Lukas preguntó confundido al ver dónde se encontraban.
Alex la había llevado al invernadero de la ciudad, un lugar hermoso y lleno de vida. Las plantas se encontraban por todas partes, algunas trepaban las paredes, otras florecían y se elevaban desde la tierra y las más aguerridas se atrevían a pasar sus ramas y raíces por el camino de cemento del lugar.
Un lugar con una atmósfera muy cálida y húmeda, se podían apreciar las gotas de agua sobre las paredes y las pequeñas mariposas que volaban libremente, esas que se pudieron colar por la entrada de allí.
A Lukas no le gustaba para nada el invernadero, todos hablaban de la majestuosidad que era porque se podían apreciar los colores de la naturaleza en su más puro estado y él no podía. Sólo veía distintas tonalidades de grises y eso ocasionaba que para el de hebras azabaches, todo fuese monótono y aburrido.
─ Shh... ─ Lo calló. ─ Ya verás.
Siguieron caminando por el recinto hasta que llegaron a un lugar lleno de flores iguales, Lukas pudo deducir que eran rosas por su característica forma. Rosa... Otro color que jamás podría ver en su vida. Suspiró pesadamente ante aquel pensamiento.
El moreno detuvo su caminar justo en el medio de todo aquel prado de hermosas rosas. Y miró a su alrededor fascinado, Lukas no podía entender qué era lo que le gustaba tanto de aquello.
─ ¿Y? ¿Qué me dices? ─ Preguntó el mayor con una bella sonrisa en su rostro que a pesar de no disfrutar el lugar, se le contagió al azabache.
─ Pues son unas simples flores, aburridas y grises como todo lo que puedo ver.
─ ¿Quieres saber de qué color son? ─ Siguió insistiendo, buscando interés por parte del contrario.
─ Pero eso ya lo sé bobo, son gris oscuro como la mayoría de las cosas en mi vida.
Lukas sonrío con pesar, a veces era muy difícil no ver colores. Sabía que existían cosas peores y que él era muy egoísta por quejarse de aquello. Había gente que moría de hambre, gente que no podía ver en lo absoluto o gente que olvidaba una gran parte de sus vidas y él estaba enojado con la vida porque no podía ver colores.
❛❛ Genial, que egoísta eres Urkijo. ❜❜
La voz de Alex lo sacó de sus pensamientos.
─ Rojo Lukas, son color rojo. ─ Dijo molestado.
─ Da igual Alex, no podré verlo jamás. ─ Suspiró otra vez.
─ ¿Sabes cuál es mi color favorito Lu? ─ Hizo caso omiso al comentario anterior.
─ Mhm... ¿El rojo?
─ No tonto, el negro. ─ Rodó los ojos.
─ No te estaría siguiendo Ale. ─ Lukas estaba confundido.
─ Pues verás, mi color favorito es el negro aunque el rojo también es un color que me encanta. ¿Sabes por qué? ─ Le preguntó pero cuando iba a abrir la boca para responder, habló nuevamente. ─ Es un color muy poderoso, como tú. Usualmente lo usamos para expresar muchas emociones y uno muy distinto al otro.
Tomó la mano de el menor y las sentó en el suelo, ahora si estaban rodeadas de rosas.
─ Su uso más común representa la furia. Cuando nos enfadamos lo que sentimos se amplifica entonces al nuestras emociones ser tan intensas, se necesita un color fuerte como el rojo. ─ Alex le explicaba pacientemente y Lukas intentaba comprender e imaginarse como sería aquel color en su cabeza. ─ También lo utilizamos para representar la pasión y la sensualidad, el rojo es un color seductivo y persuasivo, que da ese toque de intimidad. La pasión es una emoción fuerte que tiene muchos significados pero el rojo es el color que perfectamente podría describir la palabra visualmente.
El azabache intentaba retener lo más que podía, no quería olvidarse de ningún detalle.
─ Pero el rojo puede significar algo hermoso también, el rojo representa el amor. El amor es una emoción pura, una emoción que se vive a flor de piel y que no se puede detener. Por eso, se necesita un color poderoso como el rojo para llevarlo a cabo. La sangre es roja al igual que un corazón que late y gracias a el, nosotros podemos amar.
Alex miraba a Lukas con sus ojos brillando bajo la luz solar que atravesaba las paredes del invernadero. Era un ángel.
─ Las rosas de las que estamos rodeadas son rojas, la gente las suele regalar en San Valentín. No sólo porque representa el amor por su color, sino también representa la pasión, un intenso deseo.
─ ¿Sabes de qué color son los tomates que te gustan tanto? ─ Lukas negó con la cabeza. ─ Son color rojo Lu. Al igual que tu vestimenta que te he obligado a ponerte hoy.
─ Eres increíble Ali, de verdad.
─ Si pudiera describir como me siento ahora en un color, sin duda sería color rojo. Mi corazón late desenfrenadamente cada vez que te tengo así de cerca. ─ El moreno estiró su mano y comenzó a acariciar el rostro del colombiano. ─ Mis emociones son más intensas si se trata de ti y siento una conexión tan fuerte que jamás la pude sentir con nadie. Eres especial.
─ Y tu para mí, Alex. ─ Respondió sinceramente.
Ambos se quedaron embobados mirándose de cerca, sabían lo que estaba por pasar y ninguna quería detenerse, lo anhelaban hace mucho tiempo.
─ Y mi amor por ti Lukas, también es rojo porque es enorme, intenso, fuerte e imborrable. Es un intenso deseo de tenerte sólo para mí, es un deseo de querer compartir toda mi vida contigo y es tan íntimo, que sólo permito que tu lo tengas.
Alex acortó el espacio existente entre sus labios y lo besó, suave, despacio y lento. Sus lenguas se entrelazaban como si bailaran una danza lenta, ese beso era todo lo contrario a intenso. Ese beso sólo expresaba todo el amor que se habían guardado.
Lukas habló cuando se separaron.
─ Creo que mi amor por ti también es rojo Ale. Y yo, me siento rojo. ─ Sonrío.
El azabache había aprendido por primera vez lo que era un color, el rojo para ser más exactos.
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perdón si tiene pronombres femeninos, la historia originalmente sería versión fem pero meh.
