Heartbreaks and mistakes.

28. Aurora Boreal.

Vale la pena si un amor te espera – Juan Luis Guerra.

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Inicialmente esperaba dejarte un par de frases y mantener el libro en su lugar, pero tienes razón, escribir siempre ha sido mi escape, como el deporte para ti. Si no hubiera dejado por escrito todo lo que siento, me hubiera derrumbado mucho peor. Aquí obtuve lo que tanto buscaba: un desahogo. Tú aún no has podido hacerlo, lo has guardado todo en ti.

Ya no pienso tanto. Me estoy tomando las cosas con más calma de lo usual. Creo que comienzo a darme cuenta de que tu amor no estaba listo para la magnitud del mío, y eso no te hace mala persona. He aprendido a entender que no podemos forzar las cosas, todo debe nacer del corazón. Mi más grande inspiración: espero que la vida para ti mejore, que tus días ya no sean tan grises y que tus ojos ya no se vean tan fríos. Que el dolor desaparezca y vuelvas a ser feliz.

Algo sí te prometo: no borraré esto que te he escrito. Algún día lo verás en las librerías y recordarás que tú fuiste la inspiración. Que tus decisiones y mis acciones nos llevaron a este punto, al ahora. Recordarás lo que una vez significaste para mí, por si los años nos pasan factura y realmente no terminamos juntos, y de nosotros solo queden recuerdos en las sombras.

Mi querida aurora boreal, mis días ya no parecen tan grises. He aprendido a amarme un poco más. Ojalá vieras lo bonito que me está quedando la mente y el corazón. Tuve fuerza y saqué a aquellas personas que realmente no sumaban nada a mi vida. Borré sus contactos y desaparecí de sus vidas. Estoy sola, o al menos así se siente. Solo conservé las amistades que realmente me ayudan a mejorar, y a ti te guardé un espacio en mi corazón, por si me quieres venir a buscar.

Estoy mejorando, lentamente aprendo a vivir sin ti. ¿Era lo que querías, verdad?

Al fin pude perdonar a mi padre, ya no le guardo rencor. Comprendí que él ya no tiene reparación. Tú, en cambio, aún puedes arreglarte si es lo que realmente deseas.

Por si te lo preguntas, ya te perdoné, aunque no hayas pedido disculpas. Ya dejé ir el dolor que me provocaste. Dejé de sobrepensar si realmente me querías como decías. Me detuve en mis ataques de pánico, retuve las ganas de marcarte en la madrugada cuando despertaba de una pesadilla en la que aparecías. Dejé de culparte y reconocí que mi error fue aceptarte. Yo también seguí a mi corazón y me dejé llevar. Ahora, usando mi cabeza, comprendí que no debió de ser así, pero el miedo a perderte pudo más. Tuve que recordar lo que me decía mi abuela hace mucho tiempo atrás: "Lo que es del cura va para la iglesia", refiriéndose a que lo que está destinado a pasar, pasará. Ya lo di todo por ti, ahora depende de ti lo siguiente que vaya a pasar.

El amor sí espera. A veces, la persona a la que amamos es la que nos quita las ganas de aguardar. No seas esa persona para mí, por favor.

Mi amor siempre ha sido muy a la antigua. He dado todo lo que he podido sin poner en ningún momento mi cariño en duda. Te ofrecí todo lo que podía y aún me faltaron muchas cosas más que dar. Todo está escrito aquí, por si en algún punto dudaste de si había alguien más. Aun estando lejos de ti, no hay nadie a quien desee mirar. No quiero fijarme en nadie más. Este tonto corazón sigue esperándote a ti, una vez más.

¿Por qué, en vez de dedicarnos canciones a distancia, no nos llamamos?