Son las 4 am y la ansiedad comienza a calarle entre los huesos.Victoria se levanta de la cama, se acerca al espejo de su habitación y ve su reflejo hecho añicos.
"No soy de este mundo"- Se dijo a si misma con frenesí, mientras la luz de la luna iluminaba suavemente su rostro.
Está nerviosa. Lo sabe.
Regresa a su habitación y se enreda entre las sabanas abrazando sus piernas, volviéndose bolita, hamacándose hasta conciliar el sueño nuevamente.
El despertador suena religiosamente como cada mañana a las 6 am, se da una ducha, se viste y sale en busca de un cappuccino a la cafetería que se encuentra en la esquina de su departamento.
Lleva su vida repartida como un puzle, dejando sus piezas una por una en cada sitio que recorre.
Su mente como una nebulosa llena de pensamientos negativos. Escribe y todo es más fácil. Todo debería ser más fácil...
Suspira y agarra su celular para escribirle a sus amigas.
Y cuesta dejar ir todo lo que se imagina. Un jefe nuevo comenzará hoy a trabajar en la Editorial, será un jefe amargado que no la deje ni respirar. O alguien que la ayuda a escapar de su realidad.
Ni una ni otra. Tiene en claro lo que quiere. Ella quiere que la dejen trabajar y nada más.
Al fin y al cabo está cumpliendo el sueño de su vida.
Encara hacia su trabajo para ponerle fin a esto.
Sube por el ascensor, descendiendo en el séptimo piso y camina entre el silencio retumbando sus tacones por doquier.
Se deja caer en su silla y prende su laptop para comenzar a trabajar.
Las horas pasan y ella muy concentrada termina su trabajo antes de tiempo. Pues, ser aplicada siempre fue lo suyo.
Cree que se merece un descanso. Decide ir a tomarse un café a la cocina olvidándose de los acontecimientos del día, postergando sus pensamientos para después.
Con ganas de saborear su café con leche recién salido de la cafetera, se relaja contra el vidrio de la ventana observando como las personas caminan por la ciudad.
El mundo cruje y su mente al fin está en calma.
Se da vuelta para volver a su oficina y choca contra alguien, derramando su preciado café sobre el traje impecable de aquel desconocido.
-¨¿Pero qué diablos estás haciendo?¨- Aúlla levantando la mirada y rompiendo su paz con el encuentro de aquellos ojos marrones que vislumbran carisma.
-¨Mis disculpas, señorita¨- sonriendo de costado, con las manos en los bolsillos.
Su rostro es atrevido y a él le causa gracia la situación que acaba de vivir.
-¨No entiendo tu risita, no entiendo que haces acá y no entiendo porque tengo que permitir que te burles de esto¨. Asiente con rabia.
Cuando torna su cuerpo para marcharse, él la toma del brazo.
-¨Mis disculpas, señorita?. Creo que no nos han presentado. Mi nombre es Sebástian, el nuevo CEO de la Editorial En Palabras.
Avergonzada por estar frente al nuevo director ejecutivo de la empresa donde trabaja, baja la mirada y su rostro enfurece, no puede ocultar la humillación que acaba de vivir.
-¨Las disculpas serán mías, Sr. Sebástian. Soy Victoria, trabajo en ventas, aunque algún día estaré en la oficina de creaciones. Estoy segura. Todas las mañanas me levanto, voy a mi cafetería preferida y mientras charlo con mis amigas pienso en mi futuro creativo. En fin... que estoy diciendo, hablo mucho cuando me pongo nerviosa. No lo molesto más. Sepa disculpar Sr. Voy a continuar mis quehaceres¨-
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Aún bailo bajo la lluvia
أدب نسائيVictoria es una mujer dulce y simpática de 33 años, comienza un nuevo capítulo en su vida al unirse a una prestigiosa editorial como escritora. En este intrigante entorno literario, se encuentra con Sebástian, un apuesto hombre de 47 años con una se...