∞ 𝟙𝟝

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𝒟 | 𝒟𝒶𝓇𝓎𝓁 𝒟𝒾𝓍ℴ𝓃


—La salida 15A — habló el hombre aún con su arma en mi nuca — Avanzas tres kilómetros y llegaremos. 

—¿Puedes decirme al menos quien carajo te envía? — pregunté molesto pero sin perder los estribos mientras doblaba.

—Tu eres de este mundo, sabes perfectamente que eso, no puedo responderlo.  

Simplemente guardé silencio, claramente era una pregunta que no podía responder y evidentemente, esta no era la primera vez que estaba en esta situación. Tenía muchas opciones, pero solo dos de ellas estaban cerca, De Santi y Merle. Uno por no querer venderle todo lo que me ha costado años y el otro, simplemente por ser un cabrón. De todos modos, no seguiría sacando conclusiones ni tampoco haría algo, simplemente obedecería, llevaba un arma en mi nuca y un auto siguiéndome, parezco idiota, pero no lo soy. 

—Es aquí — ordenó al pasar de media hora. 

Frente a mí, se presentó un enorme desplaye con una construcción abandonada en medio, por fuera se veía prácticamente en ruinas. Una fábrica, de dos pisos, sus vidrios estaban rotos, había pasto seco a su alrededor, sus paredes estaban rayadas y realmente no daba buena espina. Sin chistar, aparqué el auto y me bajé de el. El hombre se posicionó atrás de mí y comenzó a guiarme. Mientras nos adentrábamos en el galpón, recordé las cientos de veces que había estado así mismo, y siempre salía victorioso pero esta vez, era distinto. Mis hombres no sabían donde estaba, ni donde había estado, ir a ver a Denisse debía ser una jodido secreto, si Felton llegaba a saber que había ido a ver a Denisse, sería capaz de matarme.

—Espera aquí — continuó, esta vez dejándome en el centro del galpón — No vayas a hacer ninguna estupidez — ordenó por última vez antes de perderlo en la oscuridad del lugar. 

—Ni que pudiera — respondí con ironía 

Comencé a analizar cada rincón, si bien por fuera se veía en ruinas, por dentro estaba en buenas condiciones. Las paredes del lugar estaban blindadas y el piso era de cerámica negra. Habían oficinas en cada rincón que se mirase, y por más que quise mirar el segundo piso, me fue imposible, siendo así, lo más probable que ahí, almacenen la mercancía. 

— Creo haberte dejado muy en claro que tenías prohibido acercarte a mi hermana — la voz de Tom sonó fuerte y clara, haciendo que de manera descarada, comenzara a mirar hacia todos lados para encontrarlo — ¿Creíste que no me enteraría que enviaste a alguien a investigarme?, ¿creíste que no sabría que fuiste a ver a mi hermana? — continuó — Dios, Dixon.. tengo la mitad de la ciudad a mis pies, ¿Qué te hace pensar que son los tiempos de antes? 

—¿Enserio estás haciendo todo esto, porque visité a Denisse? — pregunté alzando la voz, dejando ver una leve ironía

—Te dije que este ya no era tu territorio, te lo advertí — continuó, mientras se asomaba desde una de las oficinas  — Te advertí que te mantuvieras lejos de Denisse.

—Escucha, estás gastando demasiados recursos solo para decirme algo que sabes que no haré — respondí entre risas y de manera desafiante. 

Tom, solo guardó silencio. Comenzó a caminar hacia mí con sus manos en sus bolsillos y sin quitar su mirada de mí. Una mirada que solo vi una vez en su vida. No podría decir que tuve miedo, porque ese sentimiento, lo perdí hace mucho tiempo. Por una milésima de segundos, miré a mi alrededor y al menos quince hombres me apuntaban de distintos lados. 

—Desde ahora, deberás aprender a seguir mis reglas, ¿lo entiendes? — susurró cuando estuvo a centímetros de mí. 

Quise hablar pero un fuerte golpe en la boca de mi estómago me hizo caer, dejándome sin respiración. Con mi voz casi inhundible, comencé a quejarme mientras intentaba ponerme de pie al instante.  

Weakness | • Daryl Dixon +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora