22. The clumsy and clueless boy

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—La vida allá arriba suena como un verdadero agobio. Incluso más cuando la cuenta alguien de allá.

—Sí. Es bastante cargante—admite Hongjoong rascándose el cuello—, pero no es nada que no pueda aguantarse. Todos quienes vivimos arriba son masoquistas. Yo incluido. —bromea con una sonrisa simpática y elocuente. Soobin asiente y entrelaza los dedos, viéndolo fijamente.

— ¿Qué hay de aquí? ¿Es mejor?

— ¡Infinitamente mejor! —afirma Hongjoong con un gesto más crédulo y emocionado—. Es increíble como cambia tanto. Desde la gente hasta el ambiente. Es más... tranquilo, más vivo, más genuino. Nunca me había sentido así de bien en mi vida. Aunque quizá es normal. Mis padres siempre dijeron de mí que fui un niño raro.

— ¿Ah sí? ¿Por qué?

—Siempre quería cosas marinas. Era un poco tonto. Ropa, libros, pinturas; todo debía ser del mar. Me acuerdo que una vez casi me lleva una ola y me muera—burla al respecto—. Mi mamá trató de convencerme de no volver a hacer la misma tontería, pero simplemente me gustaba el mar. Al crecer no cambió mucho.

—Eso es algo tierno. A mí me gustan los tiburones. Mis padres no aprecian mucho que los quisiera de mascota. Incluso a hora, estaría más feliz con todo un cuarto lleno de tiburones.

—Eso suena tan tierno. —comenta Hongjoong con una risa y Soobin arruga la nariz un momento antes de levantarse de su asiento, inclinado hacia Hongjoong.

—Y ahora que está aquí ¿No preferiría quedarse?

—Yo-

—Puede quedarse. Siendo yo él rey, no me molestaría en lo absoluto que permanezca con nosotros—asegura Soobin sonriente—. Sea para leer más de nuestra cultura, vivirla usted mismo o solo experimentar una vida mejor y más plena a la que tendrá en tierra firme.

Hongjoong frunce los labios. No sabe qué decir a una propuesta como esa. Es encantadora y un sueño hecho realidad, pero ¿Realmente podría vivir aquí abajo? No es un atlante, depender de un cuarto de aire y una máscara para respirar es decepcionante. Tampoco hay manera de cambiarlo.

Sería un humano indiferentemente a lo que se trate, viviendo en un territorio enemigo en el que sería repudiado por anhelar este espacio.

Soobin se levanta de su asiento y lo toma de la muñeca, besándolo en la mano para sorpresa de Hongjoong. El asunto sube de nivel cuando el beso es dirigido a su mejilla, pero muy a la derecha, ocasionando que escucha un pequeño susurro:

—Por favor quédate.

Hongjoong enrojece de forma furiosa y cuando Soobin se aparta, es solo para volver a aproximarse y tratar de besarlo en los labios. Hongjoong se levanta y se va corriendo a máxima velocidad. Soobin se ríe, que reacción tan tierna. Los humanos en general, parecen nos saber soportar que les tengas interés.

. . .

—A-ay dime que eso no se puede.

—Si va a ser el rey, no hay nada que lo pueda impedir.

Hongjoong da un chillido melodramático y se cubre la cara con ambas manos. No puede creer que pasó de no tener a nadie activa y directamente interesado en él, a tener un principe y a una sirena. Que aparte de todo, es hijo directo de Poseidón. Preguntó a Mingi y San para saber si hay alguna forma de negar esto.

Quizá está prohibido o algo así...

No. No lo está. El rey y los principes pueden tener al amante que le dé la gana indiferente a su origen. Será su responsabilidad y en ese aspecto, cuenta más a que hablan de un perro o una mascota que una persona con la que habrá una relación romántica.

—Lamento interrumpir su tren de pensamiento, pero ¿Por casualidad ha visto a Yunho? —pregunta Mingi—. Se supone que nos veríamos hace cuarenta minutos y aun no parece.

— ¿Uh? No, no lo he visto a él... a Yeosang, Wooyoung, hoy no he visto a nadie excepto al principe y resulta que quiere eso conmigo. —lloriquea Hongjoong y San solo siente ganas de reír.

Hongjoong es tan cómico y tan dramático.

—No se angustie de más, el principe no es así. A menos que acepte de forma directa y clara, él no hará nada—Promete San relajado—. SI no le molesta, iré a buscar a Wooyoung. Debería estar aquí para este momento del día.

—Yo tengo que buscar a Yunho. Con permiso. —Despide Mingi haciendo una reverencia y marchándose.

Hongjoong se revuelve el cabello y va a su habitación. Echado boca arriba en la cama, se cuestiona si algo de lo que vive actualmente, puede ser considerando normal. En su opinión, no, no es posible tener a una sirena y a un principe detrás suyo. Si Changbin se entera de eso, no dejará de reírse de él en más de un mes.

. . .

— ¡Ah! Yunho—exclama Mingi, aliviado de encontrarlo—. ¿Nos vamos? Es-

—N-no quiero... no puedo moverme bien.

Mingi frunce las cejas ¿Qué le pasa? Luce adolorido y un poco asustado. Yunho se sujeta al cuello de Mingi y el soldado se da un par de empujones para llegar a los dormitorios, encerrándose en el suyo con Yunho. La explicación viene simple, sin muchas vueltas y la confusión en el rostro de Mingi es equiparable al miedo que siente Yunho ahora mismo.

— ¿El rey te...? No entiendo ¿Por qué eso pasaría? Él tiene concubinos—replica Mingi incrédulo, pero sin descartar que sucederá—. Es-

Yunho abraza a Mingi y esconde en él. Mingi lo abraza de regreso, apoyando ligeramente la mejilla en la cabeza de Yunho, le acaricia la espalda y se da cuenta de los suaves espasmos que sufre.

De estar fuera del agua, se notaria aún más como llora.

~ * * * ~

— ¿Sucedió algo con la reina hoy también?

Wooyoung niega con la cabeza, demasiado incómodo para hablar del tema. San acaba de entrar en la habitación que Wooyoung ocupa dentro del palacio. Tan propiamente suya que es inconfundible. Wooyoung apoya el mentón en sus nudillos y cierra los ojos.

—Nada especial... ¿Puedes dormir conmigo hoy? Prometo no quejarme en la mañana. —lloriquea haciendo puchero y San exhala negando con la cabeza, llevando una pequeña sonrisa en el rostro.

Es solo dormir y con eso no tiene problemas; Wooyoung solo considera que sería indiferente si pasara algo... Estando ya en cinta, nada más que eso que usó la reina, saldrá.

~ * * * ~

—San... ¿Qué pasa?

—El rey envió una orden de empezar a alistar las tropas y armas.

Hongjoong arruga el entrecejo ¿Por qué haría tal cosa? ¿Qué el ejército no se cosa de Soobin? Está confundido. San lo hace alejarse un poco, tener run mínimo de privacidad.

—No tengo la certeza, pero creo que es un ataque a Trieste. No sé cuándo, pero posiblemente esté siendo tan silencioso para que nadie importante lo note. —explica el soldado en secreto y Hongjoong asiente. Abre el diario que su para anotar, colocando todo ahí.

— ¿Alguna cosa más que estés notando?

San narra todo. Desde las armas pesadas, naves de guerra y el descontento junto a la confusión de todas las tropas en sí. Aparte de los reyes, nadie quiere esto y es obvio. Es un dato que Hongjoong agradece tener a su favor.

The boy who found his soul || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora