Capitulo 1

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Konohagakure no sato es una de las cinco grandes aldeas shinobis existentes en las naciones elementales.


También, es la más grande aldea desde hace muchas generaciones atrás por la calidad de shinobis que a sacado y mostrado al mundo.


Y también, es una aldea llena de tranquilidad y paz por como su nombre lo indica, estar oculta por la misma naturaleza, los árboles.


Nota: Me mame XD...... pero bueno, volvemos con la narración. Fin nota.


Pero el día de hoy, esa aldea esta pasando por uno si no es que el más grande ataque a que a tenido en todo su tiempo desde su fundación.


El ataque del kyubi no youko o el zorro demonio de las nueve colas.


Y eso, nos lleva a la escena y escenario actual.


En un lugar que parecía haber sido destruido por una fuerza arrasadora o por una bestia enorme, se puede observar a una mujer pelirroja arrodillada en el suelo tosiendo varias veces tratando de recuperar el aliento mientras una especie de cadenas doradas hechas de chakra salían de su espalda.


Luego de estar casi un minuto tosiendo, la mujer se logró calmar y levantando la cabeza mirando algo o a alguien, dijo con voz débil y sudando profundamente.


Po-porque? Déjame hacerlo mi-minato, porfavor.


Frente a ella, un hombre rubio de ojos azules con un ahori blanco y rojo con letras en su espalda que decían 'cuarto hokage', la volteo a ver con un rostro algo triste mientras decía con voz sería.


Lo siento kushina, pero esto es lo mejor, no tenemos otra opción.


La pequeña discusión fue interrumpida por un fuerte rugido que hizo a ambos adultos mirar sus espaldas viendo al temido kyubi atado en cadenas doradas al suelo dejándolo inmóvil.


Minato ignorando al zorro, comentó con tristeza pero con determinación.


Se que no estas de acuerdo con esto kushina pero no puedo dejar que vuelvas a sallar al kyubi en ti.


Al terminar, se arrodilló en el suelo dejando ver que habían dos tipos de altares uno al lado del otro para bebés frente a él con dos pequeños recostados en ellos aparentemente dormidos.


El rubio sonriendo un poco, susurró con voz calmada.


Confío en que ellos podrán cargar este peso, al fin y al cabo, son nuestros hijos kushina.


Al finalizar, volteo a ver a la mujer sonriéndole con confianza en sus palabras.


Kushina sólo lo miró fijamente a los ojos por unos cuantos segundos y mientras tosía un poco, respondió con voz un poco enojada.


Jamás pensé que algún día llegaría a perder en una discusión contigo.


Naruto Uzumaki un Demonio DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora