Capítulo 1: Yo también te amo
Percy no entendía que ocurría, pero a pesar de su corta edad sentía en el fondo de su corazón que algo andaba mal. Su madre lo había alzado entre sus brazos, ella desesperada bajo las escaleras de su pequeño apartamento y comenzó a correr por las invernales calles de Nueva York. Percy, inconscientemente, se apego al pecho de su madre para escuchar su corazón, pero sus latidos que siempre habían sido constantes y tranquilizadores se habían tornado en un mar de ruido que lo ponía mas inquieto. No lograba entender del todo por que su madre lucia tan angustiada, pero Percy odiaba verla así, él estiro su pequeña mano para acariciar la mejilla mucho más grande de su madre. Sally Jackson volteo a ver a su pequeño hijo por un momento y todo se desvaneció: el ruido de los carros, la brisa invernal de diciembre, las luces de los grandes rascacielos. Solo eran ella y su pequeño hijo, un amor que nada podía superar en el mundo.
- Todo estará bien, pequeño Percy, pronto podremos tomar chocolate caliente y malvaviscos.
- ¿Pode sel azul, mami? – Sally volvió a mirarlo con amor puro en los ojos, su tierna voz y la manera en que su pequeño hijo decía "mami" se había grabado a fuego en su alma.
Percy vio a su madre entreabrir los labios para responder, pero fue interrumpida abruptamente por un aullido lejano. Sally siguió su camino por la Quinta Avenida hacia el Empire State, pero madre e hijo fueron interceptados en el Madison Square Park. Percy conocía el parque, había venido antes durante el verano pasado, su madre lo había traído para que conociera el lugar, recordaba el cálido sol acariciando su rostro mientras Sally le enseñaba acerca del Edificio Flatiron. Un niño de cinco años como Percy no entendía mucho, pero su madre le había prometido comprarle un helado de chicle azul si le prestaba atención así que estaba concentrado en la lección como si su vida dependiera de ello. Quien diría que pocos meses después su vida realmente seria definida por este lugar.
Madre e hijo levantaron el rostro al cielo mientras se abrían paso entre los árboles, pero por motivos totalmente diferentes. Percy quería darle un vistazo a la luna plateada de alguna manera su presencia resultaba reconfortante para él, esa hermosa silueta siempre en lo alto del cielo nocturno. Sally, por otro lado, rezaba por su hijo, le rezaba a Poseidón que intercediera, a Artemis protectora de los niños pequeños y a Hestia por su familia, pero las respuestas a sus oraciones llegarían demasiado tarde. Sally se detuvo a mitad del parque, sus piernas le dolían como si hubiera corrido una maratón, simplemente no podía más así que tomo una decisión. Con el corazón destrozado puso con delicadeza a Percy en el suelo, el niño la miro con sus hermosos ojos azul marino heredados de su padre, y por un momento Sally recordó aquel verano, su verano junto con Poseidón, lo feliz que había sido a su lado, y volvió a mirar el fruto de su amor: Perseo, su pequeño héroe. Sally solo esperara que su hijo alcanzara un final feliz, al igual que el Perseo de los mitos.
- Percy, escúchame bien, jugaremos a las escondidas. ¿Recuerdas cuando fuimos al Central Park y te escondiste muy bien de mami?
- Te enojaste pol que no me encontlaste dulante muchooo tiempo – Percy miro los ojos marrones de su madre, vio una infinita tristeza en ellos. El se acerco aun mas a su madre y la abrazo con su pequeño cuerpito- No quelo jugal, mami, está haciendo flio.
Sally correspondió el abrazo de su hijo, tampoco quería abandonarlo, pero una presencia le advirtió a Sally que ya no estaban solos, así que ignorando cualquier sentimiento de autopreservación en pro del amor maternal, siguió hablando suave y tranquilamente para que Percy no se asustara.
- Percy, eres un niño muy valiente y fuerte ¿Verdad? – La voz de Sally se rompió y el niño asintió dubitativo – El frio no te asusta, así que quiero que corras muy lejos y te escondas hasta que veas salir el sol, luego no vengas aquí. Corre directo al Empire State ¿Recuerdas ese edificio alto que tanto te gusto el verano pasado? – Sally abrazo nuevamente a Percy derramando sus lágrimas sobre la tela de la chaqueta de Percy. – Promete a mami que serás un niño fuerte y valeroso.
- Si, mami, lo plometo – Percy no sabia muy bien que ocurría pero sabia que no iban a jugar a las escondidas, sus ojos se llenaron de lágrimas, no quería separarse del pecho de su madre y en medio del invierno bajo cero Percy sintió la calidez de su madre.
- Percy, Corre.
Percy salió a correr a la mayor velocidad que sus pequeñas piernas le permitían, miro abrumado a su alrededor, tuvo el instinto de mirar a su madre por una última vez pero por primera vez recordó la promesa que lo marcaria por el resto de su vida y no miro atrás. Unos ojos rojizos como si estuvieran inyectados en sangre lo perseguían desde las sombras, pero sacando fuerzas de donde no tenía logro salir del Madison Square Park. A pesar de ser la madrugada de un doce de diciembre, la cuidad que nunca duerme le hacia honor a su nombre. Las luces de los autos deslumbraban a Percy, cegado por la adrenalina Percy cruzo la calle atravesando el tráfico concurrido y ni siquiera la fuerte bocina del camión que estuvo a punto de arrollarlo lo detuvo. Corrió por las calles de Nueva York hasta que la falta de aliento lo hizo detenerse en un callejón a pocas cuadras del Empire State.
Percy miro a su alrededor, se encontraba en medio de dos edificios de más de catorce plantas. Uno de ellos resplandecía lleno de luces en cada uno de los pisos, como pequeñas estrellas en medio de una noche oscura, por otro lado su vecino estaba en renovaciones, además de que parecía abandonado así que Percy decidió esconderse allí. Con mucho esfuerzo subió por la escalera para incendios hasta que llego a la azotea, la puerta al interior del edificio estaba cerrada, pero pudo colarse por una ventana en el piso de abajo. Dentro del edificio Percy trataba de recuperar el aliento sentado en el marco de la ventana, y allí por primera vez en toda la noche Percy pudo detenerse y mirar realmente a su alrededor. No se había fijado en qué momento había empezado a nevar, pero los pequeños copos de nieve eran hermosos. A su mente vino el invierno del año pasado él y su madre habían ido al Edificio Rockefeller para ver el inmenso árbol navideño, pero Percy no le había atraído para nada dicho árbol, en su lugar a él le habían fascinado los copos de nieve, en especial cuando uno se posó gentilmente en su nariz y Sally se rio al ver la tierna expresión de su hijo al instante se acercó a él y lo abrazo diciéndole lo mucho que lo amaba.
- Yo también te amo, mami. – Susurro Percy para si mismo. No puedo evitar llorar, las lagrimas se deslizaban por sus mejillas, sin que el pudiera hacer algo al respecto, trato de secarlas con sus manos, pero rápidamente se encontró sollozando en medio de la noche hasta caer dormido.
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Percy Jackson, Icor Infernal
FanfictionSally Jackson murió. Poseidón en luto, trata de encontrar a su hijo. Una búsqueda desesperada tiene lugar en Nueva York, pero ni las moiras tejedoras del hado de los mortales saben cual fue su paradero. Percy Jackson, el hijo de cinco años de Poseid...