Tu Sonrisa En Mis Pupilas.

Capítulo 1. ¡Claro que puedes!

26 de Junio, 2015.

Raquel

-Marta, ¿Estás?-Alzo la voz, terminandome de cepillar el pelo.

-Sí-Bosteza-¡Que cama mas incómoda tienes!

Rodeo los ojos y ambas salimos del baño sonrientes. Le doy un beso a mi madre en forma de despedida y me miro en el espejo para saber si tengo que retocarme algo más.

El reloj marcaba las 14:00, así que tendríamos que correr un poco si queríamos estar en primera fila.

Estábamos a una distancia razonable, y ya se oían los gritos de todas esas fans locas, tan locas como yo.

-No puedo-Dice mi mejor amiga, agarrándome del brazo y parándose en mitad de la calle.

-¡Claro que puedes!-Tiro de ella, hasta que consigo que avance unos pasos.

-Que los vamos a ver-Cierra los ojos-¡Raquel, que estarán allí!-Ags, que niña más tonta.

-Claro que los vamos a ver, llevamos un año queriendo hacerlo ¿No?-Asiente-Mueve ese culo-Le doy una palmada, pega un gritito y echa a correr eufórica.

Tras los últimos diez minutos de caminata, llegamos y vemos la gran fila. Avanzamos hacia delante, buscando a mi tía, que lleva desde las 9:00 haciendo cola.
Se empeñó ella, ¿Que queríais que hiciera?

-¡Tía!-Grito, y se da la vuelta sonriente. La verdad que esta muy cerca de la entrada.

-¡Están todas igual de locas que tú!-Me da un beso y rio-Enserio, pensaba que eras la única.

Me cede el sitio en la fila, y se va, dejándonos a Marta y a mi a allí solas, histéricas e impacientes.

Las horas se me hacen eternas, cada segundo que pasa parece un largo día-De esos que te levantas con el pie izquierdo, se te olvidan los deberes, y la puta del curso zorrea con el que te gusta-Pero nada más pensar que en unas horas los veré, los tendré a centímetros... Me pone histérica. Realmente histérica. Pero claro, en el sentido bueno de la palabra. Ellos seguro que saldrán poco antes de que empiece, claro, es su ciudad.
Sí, ya veis la suerte que tengo. Viven en el mismo sitio que yo, pero no los he visto jamás.
Ya os daréis cuenta que eso de suerte, no va conmigo.

Mi móvil emite una rara melodía que ni yo sabía que tenía, es la alarma. Marca las 19:30, abrirán las puertas en nada.

Y así es, las puertas se abren, y todas corremos como descabezadas hacia la primera fila. Y bueno, se podría decir que donde estamos es la primera fila, quizá la segunda.
Me tiembla el pulso, y sé que en cualquier momento me echaré a llorar-Es algo muy mío-Miro a Marta y esta prácticamente como yo.

Se apagan las luces, y todas gritan, excepto yo. No me sale la voz. Estoy jodidamente nerviosa.

-¡A ver mis niñas!-Se oye, aún con las luces apagadas. Lo cual no es problema porque puedo reconocer la voz de Daniel a kilómetros.

Tan mía se apodera del escenario. Y varias lágrimas ruedan por mis mejillas y sonrío. Marta me agarra de la mano y vuelvo a sonreír.
Verdaderamente, esto es un sueño.
Un sueño que de momento continúa; Por lo menos hasta las 22:00.
Mil y una noches.
Chicas, chicas.
Eres el juego.
Lo mejor está por venir.
Ay, ay, ay.
Sueño.

Miro a Marta y me devuelve la mirada, sonriente.

-Esto es increíble-Susurro, y asiente.

-Bueno bueno...-Comienza Jesús. Y mi vista se dirige hacia la sonrisa que se acaba de dibujar en sus labios-Creo que para esta necesitamos una ayudita...-Todo tiembla por los gritos, y yo continúo sonriendo. Miro a Marta, que se esta dejando la garganta para que le saquen y le doy una palmada en la espalda. Observo como ambos miran entre el público, y no paran de sonreír-Tú-Dice Jesús, señalando hacia mi zona-La de la camiseta azul-Miro mi camiseta y luego miro detrás mío. Todos dirigen su vista hacia mi. Abro los ojos como platos y juraría que el corazón se me va a salir del pecho y va a llenar todo esto de sangre.

-¿Subes, o te quedas ahí?-Pregunta su gemelo riendo. Me muerdo el labio y me agarro a la mano de Jesús, el cual me la tendía amablemente-Y tú, la de verde.

-¿Yo?-Pregunta Marta, señalándose.

-No...-Empieza Daniel-¡Claro que sí, vamos!-Y esta vez, le tiende él la mano.