Marta
–¿Sabes la puerta azul que creo que tiene el número..–Me susurra Jesús mientras me abraza–tres.
Asiento no muy convencida.
–Creo que es el tres–Dice para si mismo–esperad ahí cuando acabe el concierto.
–¿Para qué?–Pregunto, separándome y mirándolo dubitativa, pero un guarda me agarra del brazo y me indica que baje del escenario. Me coloco junto a Raquel, que continúa con la cara llena de lágrimas.
–¿Que te ha dicho Jesús?–Pregunta, y le tiembla el pulso.
–Que cuando acabe el concierto estemos en la puerta tres–Digo nerviosa.
–¿Qué?–Me mira con los ojos muy abiertos–¿Para qué?
Me encojo de hombros y ella suspira.
–Ha sido increíble–Afirma, y le doy la razón asintiendo.
Nos volvemos a poner más o menos donde estábamos antes. Muchas nos dicen que tienen fotos, que las subirán a las redes sociales, bla bla.
El concierto continúa con normalidad.
Brujita.
Tu primera vez.
Amiga.
Yo no me doy por vencido.
Grandes.
No lo olvides.Se despiden dándonos las gracias y todas las luces se apagan de golpe.
Salimos poco a poco, entre empujones y gritos. Raquel vuelve a preguntarme si de verdad Jesús ha dicho eso o le he entendido yo mal. Pero lo ha dicho, joder. Aunque hay algún momento en el que creo que solo han sido imaginaciones mías.
Nos dirigimos hacia la puerta número 3. Nos apoyamos en la pared y suspiramos.–¿Seguro?–Vuelve a preguntar.
–Que sí, joder.
El cielo ya esta negro, y por muy verano que sea, hace bastante aire. Desde donde estamos, se puede ver la luna menguante que brilla justo encima nuestro.
Miro a mi mejor amiga, y la veo mirando a un punto fijo del suelo sin apartar la mirada, y frotándose los brazos por el frío.–Raquel–Digo, pero no aparta la mirada. Odio cuando hace eso–No pases de mí–Se gira y me mira.
–¿Qué?–Pregunta, y sé que realmente no me ha oído.
–Que no te vayas a tus mundos.
–Lo siento–Sonrie colocándose un mechón de pelo detrás de la oreja.
Un silencio incómodo nos inunda durante varios minutos. Esta pensativa, demasiado pensativa para mi gusto.
La puerta se abre de golpe, y Jesús sale sin mirarnos, dirigiendo su vista al número gigante que pone en ella.–¡Dani, es está!–Grita, hacia el pasillo. Se da la vuelta y nos ve, se ríe–Pensaba que estaríais dentro todavía.
Raquel se levanta brusca, la miro y la imito.–¿Que queríais?–Pregunta, bastante borde, por lo que la miro sorprendida.
–Nada–Se encoje de hombros–Pasad–Y me mira dubitativo por la forma de comportarse de mi mejor amiga.
Ambas entramos dentro. El pasillo esta vacío y la puerta mas cercana se abre y por ahí aparece Dani con solo una toalla alrededor de la cintura, que le llega un poco mas abajo de las rodillas.
–¿Que dices?–Pregunta, refiriéndose a su hermano. Levanta una ceja y nos mira–Hola–Rie–Avisame de que estaban.
Jesus se encoje de hombros. Su hermano me divisa de arriba a abajo dos veces seguidas, y aparto la mirada para no tener que verlo con tan poca ropa.
–Pasad–Alarga la mano y cuando paso yo, me da un beso en la mejilla.
Es una habitación de tamaño normal. Hay algunos bancos de gimnasio con cuatro pares de zapatillas, varias camisetas que pone Gemeliers, y algunos pantalones. Diviso los calzoncillos de Dani, supongo, tirados en el suelo y rio. Al lado del lavabo hay dos cajas trasparentes, una tiene maquillaje dentro y otra esta vacía. Al final, hay una especie de ducha que la separa de la habitación por una simple tabla roja.
–¿No hay nadie?–Pregunta Raquel, divisando toda la habitación.
–No–Responde Jesús quitándose la camiseta que ha usado en el concierto-Estan quitando el escenario, limpiando.., y nosotros se supone que nos estamos duchando.
Raquel permanece varios segundos con su mirada en el torso de Jesús, esboza una pequeña sonrisa y la elimina sacudiendo ligeramente la cabeza y mirándome.
–Me voy a acabar de duchar–Interviene Dani, moviendo la tabla y metiéndose en la ducha. Se oye el agua, y vemos como cae la toalla al suelo por el hueco que hay entre la tabla y el suelo. Su gemelo nos mira y se encoje de hombros riendo.
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Tu Sonrisa En Mis Pupilas.
Fanfiction¿Habéis visto La Ola? Pues no me da ni la mitad de miedo que despertarme un día y que no esté. *** -Apuesta por ella, tío -Me aconseja, y me paso la mano por el pelo nervioso. -¿Por qué debería hacerlo? -No sé -Suspira desganado-Tú sabrás porque c...