Capítulo 7. ¿Hay trato?

1.4K 91 12
                                    

Raquel

Estoy tumbada en la cama mirando fijamente el techo. Creo que intento descifrar algún código secreto en la pintura blanca. Suspiro y me levanto de un salto.

Mi madre está en el salón, le he dicho que tenía sueño y que me iba a dormir. No le he contado gran cosa sobre el concierto, simplemente que ha estado genial y que he llorado mucho. Se cree que he cenado con Marta y con otras amigas-Como teníamos previsto hacer-.

Me hago un moño y me pongo el pijama desganada. Contemplo durante un instante la pared de mi habitación. Miles de Jesuses y Danieles están pegados en ella. Sonrío al pensar cada vez que intentaba poner un póster en lo alto de la pared y me tenía que subir a la silla-Sigo teniéndolo que hacer-, aunque la mayor parte de la pared ya está cubierta. Me meto en la cama, y después de unas cinco horas, cojo el móvil. Tengo miles de notificaciones y la verdad que no me apetece nada entrar y ver como me han etiquetado en fotos del concierto, y seguramente, como me habrán crecido los seguidores de las redes sociales. Me meto en Whatsapp, y se me bloquea un instante. Después de unos minutos con la pantalla negra, me aparecen los chats intactos. Reviso cada mensaje, y como no, veo un montón de números desconocidos.

Mi número se ha filtrado.

"Desconocido:Que suerte que te hayan subido al escenario, me alegro mucho por tiiii. Sigueme, soy @...

Bla, bla.
Y así, otros muchos. La mayoría haciéndome la pelota para que les siga o algo así.
Suspiro vencida, y casi no puedo ni encontrar los chats de mis amigos.

"David Moreno: Que taaaaaaaaaaaaaal?"

Encuentro, buscando el chat de Marta. Sonrío.

"Raquel Azpiroz: que creeeeeees?
David Moreno: Mal, no saben ni cantar."

No puedo evitar sonreír, porque aunque no lo parezca, el es el único de mis amigos que llega a respetar un poco a mis ídolos.
Luego me preguntan que porqué es el mejor.

"David Moreno: Que es broma, enana.
Me alegro que lo hayas pasado bien."

Me despido de él y busco a Marta en los chats.
Se me vuelve a bloquear y lo insulto varias veces.
Esta vez, tarda un poco menos y consigo llegar a mandarle un mensaje a mi mejor amiga.

"Raquel Azpiroz: Llámame."

No está en línea, así que ya me llamará.
Decido leer algunos de los mensajes, o borrarlos, por lo menos.

"Desconocido: Me pasas el número de los gemelos?
Porfi
Raquel Azpiroz: Ni siquiera lo tengo."

Le envío, y bloqueo a ese contacto. Una pena.
Y así poco a poco, consigo eliminar muchas conversaciones de ese tipo. Pesadas.

"Desconocido: Holaaaaa "

Leo, y veo demasiadas 'A' y un emoticono que siempre lo han usado ellos. Un lacasito amarillo con la lengua fuera y los ojos en X. Ese mensaje suena mucho a Los Oviedo, no nos engañemos.

"Raquel Azpiroz: Quien eres?"

Por si acaso.

"Desconocido: Tu ídolo."

Río y le envío varios emoticonos con cara de asco. No me apetecía mucho hablar con él.
Bueno sí, en realidad era lo único que quería hacer, pero vaya, no quiero admitirlo.
De verdad que pensaba que no me hablaría más, porque me he negado a lo que era obvio. Igual soy hasta la primera en decirle que no.

"Jesús Oviedo: Mañana quedamos?
Cógeme."

¿Eh?
Y mi móvil comienza a sonar, y en la pantalla se ilumina su nombre. Me muerdo el labio nerviosa. Deslizo el dedo por la pantalla y oigo la respiración de Jesús al otro lado.

–¿Si?–Digo nerviosa.

–Hola–Me saluda, y sé que esta sonriendo por la forma de pronunciar las palabras.

–Hola, cuanto tiempo–Digo irónica, y ríe.

–Tranquila–Suspira–Mañana nos vemos..

–¿Cómo estás tan seguro tú de eso?–Digo riéndome, pero sé perfectamente que lo voy a ver.

–Lo estoy.

–Dile lo que te he dicho–Oigo a Dani al fondo y Jesús le manda callar con un 'shh'

–¿Qué me tiene que decir?–Pregunto curiosa y Jesús suspira.

–¡Que sí Dani, que ya se lo digo!–Grita a su hermano y esta vez, le mando callar yo–Que me pases el número de Marta, bla bla... Que está que no caga con ella–Y oigo como Daniel le da un golpe a Jesús. No puedo evitar empezar a reír.
Le digo que ahora se lo paso a su hermano por WhatsApp y oigo decir a Jesús que se mete al baño para que le deje hablar tranquilo. No paro de sonreír porque realmente me encanta que estén juntos y no puedan vivir el uno sin el otro. En cambio, yo a mis hermanos los veo una vez al mes. Suspiro y oigo como se cierra una puerta al otro lado de la línea—Ya estoy. ¿Mañana quedamos?

–Bien–Digo no muy segura, sentándome en la cama.

–¿Con mi hermano y Marta, no?–Pregunta, y la verdad que yo tampoco sabía si se estaba refería a nosotros solos o los cuatro.

–Supongo–Respondo tras varios segundos de reflexión.

Oigo un suspiro por parte de Jesús y sonrío levemente.

–¿Piscina? ¿Cine? Mmmm... ¿Paseo? ¿Concierto en tu habitación?–Ríe–¿Parque de atracciones?

–Yo quiero cine. Hay una película que quiero ver...–Susurro. Así tengo que hablar poco con él.

–¿Cuál?

–El viaje más largo.

–Amor, ¿No?–Pregunta riendo, y yo le contesto con ironía, como si no fuera obvio–Prefería de miedo.

–Estás loco–Admito. ¿A quién le gustaría ver una película de miedo? A Jesús Oviedo, claro.

–Bueno bueno–Comienza en defensa–Yo voy a ver ese pastelón–Rio–Si luego tu otro día vienes a ver una de miedo conmigo.

–¿Que nivel de miedo?

–Fantasmas, espíritus y demás–Dice como si nada, y a mi me entra el pánico absoluto.

–Me da mucho miedo esas cosas–Admito sincera. Porque de verdad que lo paso muuuuuuuy mal.

–Excusas. ¿Hay trato?

–Bien, bien–Digo vencida y oigo como Dani, supongo, llama a la puerta.

–¡Voy!–Grita Jesús y se despide de mi, dándome las buenas noches y asegurándome que mañana hablaremos.

Tu Sonrisa En Mis Pupilas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora