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Era un nuevo día en la nueva vida de Kokushibo, abrió sus ojos y se levantó directo a cambiarse.
No necesitaba dormir ya que no tenía complejo del cansancio gracias a su estado de Demonio, pero desde que comenzó a dormir, no sintió la necesidad de comerse a algún humano.
Ya estaba vestido con el uniforme reglamentario de SP, por lo que marcho a la sede.
Aún era temprano, pero Makima le había dicho que mientras más temprano llegué ese día, mejor.
Y así fue, llegó y dió el visto a la secretaria para dar en cuenta que había llegado, así comenzando su jornada laboral aunque, más temprano de lo usual.
Ya se encontraba frente a la puerta de la oficina de su Jefa, por lo que prodecio a tocar.
- Adelante.- fue lo que se escuchó del otro lado, por lo que Kokushibo se dispuso a pasar.
Ahí sentada estaba Makima, con su mirada inexpresiva, al menos, hasta que vio a Kokushibo entrar y su cara paso a una de felicidad.
Después de varios minutos, Kokushibo se encontraba sentado en la silla de Makima mientras ponía sello a varios documentos.
Y así fue por horas, ninguno de los dos parecía cansado después de tanto papeleo.
Ninguno se sentía incómodo con el silencio que había, pero Makima parecía ansiosa, queria iniciar una plática con el Burdeo pero su nervios y su inexperiencia en este campo le jugaban en contra.
Por lo que no sabía cómo entablar una conversación y no quería hechar a perder algo y que su amigo se moleste.
Kokushibo pudo notar esto y solo rio un poco por lo bajo, incluso el hablo más con las múltiples lunas superiores que conoció en su vida.
- Dime, ¿Que tal estás?.- pregunto el Burdeo mientras continuaba con el papeleo.
- B-Bien.- torpeza en la simple respuesta que dió.
- Kokushibo. ¿Puedo pedirte un favor?.- pregunto aún bastante nerviosa la peli-roja.
- Cuéntame, ¿Que necesitas?.-
- Ya te había contado que los demonios se hacen más fuertes a medida que se les tiene miedo, hay un demonio en especial que, es sumamente poderoso con el poco tiempo que lleva vivo.- decía ahora Makima quien se sentó en el regazo de Kokushibo.
- El demonio pistola. Su poder es exageradamente alto y con solo un ataque se cobró la vida de miles de personas. Quiero que acabes con el.- fueron las últimas palabras de Makima mientras miraba al burdeo esperando una respuesta.
El simplemente se lo pensó, si con un ataque pudo cobrarse a tanto, ¿Acaso el tendría una posibilidad como mínimo?.
- Realmente dudo poder vencerlo, si es tan poderoso como dices, simplemente no podría en su contra.- dijo el burdeo quien tenía bastante cerca a Makima, tan cerca, que podía ver el leve tono rojizo que tenía en las mejillas.
Makima se separó de Kokushibo y de su escritorio saco una caja, en dónde yacían pedazos de carne en forma de cartuchos vacíos.
- Estos son los pedazos de piel del demonio pistola que hemos recolectado.- decía la peli-roja mientras miraba al burdeo.
- Cuando los demonios comen de estos pedazos, el demonio pistola aumenta sus poderes, sin importar el tipo de demonio que sea.- decía mientras tomaba los pedazos que estaban pegados.
- Como puedes ver, si pones estos trozos juntos, se pegan. Cuando los pedazos de su piel se combinan hasta adquirir cierto tamaño, parecen querer volver a su cuerpo para regenerarse.
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¿Segunda Oportunidad?
Fiksi PenggemarSi quiere saber de qué trata, sea bienvenido. Créditos a Koyoharu Gotouge y a Tatsuki Fujimoto.