Capitulo 1

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POV Libby.

—¿Dónde estoy?— Es lo primero que pienso al ver todo mi alrededor cubierto de una niebla espesa.

Me acerco a un árbol cercano, lo único que puedo distinguir entre toda la niebla.— ¿El árbol del parque?— Lo reconozco de cualquier otro por esa L más M rodeada de un corazón.
¿Como es posible que eso siga ahí? Lo quité.

—Libby... Solo te quiero a tí.— Conozco esa voz de inmediato y noto como su mano pasa por mi rostro.

Me giro bruscamente y la veo justo enfrente mía, a punto de darme un beso.

Sé muy bien que no sería el primero, sé que sus besos son dulces como la miel y sé que alguna vez ansié uno de ellos pero todo eso es pasado.

Sentía mi cuerpo con escalofríos y ese sudor frío, que pone mal a cualquiera, con tan solo recordar esa época.

Cada vez estaba más cerca y no podía moverme, estaba inmóvil. Creerme que lo estaba intentando, intentando moverme de cualquier forma para evitarlo, pero no podía.

No quería. No la quiero. No la quiero cerca. No quiero un beso suyo. No quiero nada suyo.

¡No volveré a caer!

Y por fin pude liberarme tirándome hacía atrás y despertando bruscamente.

Estaba sudada, nerviosa y, por unos momentos, asustada.

Sentía a alguien abrazándome, mi novia, Andrea. En seguida me tranquilice al verla a mi lado, ya no estaba con ella, ahora estaba con Andrea. Y esa noche me había quedado a dormir en su casa.

Decidí levantarme cuidadosamente, para no despertar a mi amada, e ir a por un poco de leche. Siempre me tranquiliza después de una pesadilla.

Solo había sido una pesadilla, ella dejo de formar parte de mi vida hace mucho tiempo y ya no volverá.

Volví al cuarto de Andrea, estaba bastante familiarizada con la casa, siempre solía ir allí.

Normalmente estábamos en su casa porque sus padres nos daban más privacidad que mi madre. Ambos sabían que éramos pareja y por esa misma razón mi madre estaba muy pendiente, para que no hiciéramos cosas "indebidas". Dios, aún recuerdo cuando cumplí 15, me dió unos condones femeninos delante de Andrea.
Aún así, era mejor eso a que no nos apoyase.

Deje el vaso en la mesilla de noche y me dispuse a volver a acostarme pero Andrea se despertó.

—¿Qué hora es?— Preguntó soltando un bostezo. Se veía tan adorable.

—Muy tarde, las 3:30 am, volvamos a dormir.— Le dije intentado volver a acostarme.

—¿Leche?— Me miró directamente a los ojos al ver la poca leche que quedaba en el vaso.— ¿Has tenido una pesadilla?— Ella sabía perfectamente que solo tomaba leche cuando tenía pesadillas.

—Sí pero ha sido una tontería, tenemos clase mañana, será mejor que volvamos a dormir.— Intenté evitar hablar sobre ello. No quería darle importancia a ella.

—Libby, llevamos saliendo desde los catorce y en unos meses tendremos dieciséis. Son casi dos años. Sé perfectamente que tus pesadilla nunca son tonterías.— Se levantó y tomo mi mano.— Si te lo guardas es peor, vamos a la ventana y lo hablamos, ¿vale?

Asentí con una sonrisa de labios y me senté en el borde de la venta igual que ella. La luna estaba llena y el cielo cubierto de estrellas.

Me recordaba a nuestro primer beso.

—¡Mira, una estrella fugaz! Pide un deseo, rápido.— Me avisó. Nunca había tenido un pensamiento tan rápido como el del deseo que pedí.

—¿Qué has pedido?— Preguntó.

Solo nosotras (mollibby) (tgamm) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora