Capitulo 2. Encuentros y conversaciones.

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La noche continuó con la elegancia y la animación característica de los eventos en la Casa Blanca. La música flotaba en el aire mientras los invitados disfrutaban de la comida exquisita y las conversaciones en los salones decorados con esmero. Alex se encontraba en medio de una charla animada con un grupo de legisladores jóvenes cuando vio a Luke una vez más, esta vez conversando con uno de los diplomáticos extranjeros.

A pesar de las distracciones a su alrededor, Alex no podía apartar los ojos de Luke. La manera en que se expresaba, su actitud seria pero segura, todo en él resonaba con un aire de misterio y poder. Alex sintió una punzada de intriga y algo más profundo que no podía definir.

En un momento, la música cambió a una melodía más lenta y melódica. Alex observó mientras parejas de invitados comenzaban a moverse hacia la pista de baile. La tentación de permanecer en su lugar era fuerte, pero algo en su interior lo impulsó a actuar de manera impulsiva.

Excusándose con su grupo, Alex se abrió camino hacia Luke. Su corazón latía con anticipación mientras se acercaba, su mente luchando por encontrar las palabras adecuadas.

"¿Bailarías conmigo?" Quiso preguntar Alex pero se vio interrumpido por un grupo de chicas que se acercaron por querer llamar la atención del encantador hijo de la presidenta, querían bailar con él. Estuvo a punto de decir que no para poder seguir con su plan principal, invitar a la pista a Luke Morrow. "Eres ojo de figura pública y él es un marin". Se dijo Alex mentalmente y con resignación tomó a la primera chica del grupo que vio y la llevó a la pista.

El rostro del marin que observaba unos metros más atrás, se volvió tensa a llegar al punto en que se podía notar marcadas las facciones de su atractivo rostro. Luke pasó saliva unas cuantas veces hasta que decidió moverse de ese lugar. Seguramente encontraba una conversación más importante en otro rincón del gran salón.

—¿Has estado en eventos como este antes? —Escuchó de repente tras de él, así que con rapidez se giró para observar a Alex, tratando de romper el hielo.

Luke asintió, su expresión impasible. —Algunos. Mi trabajo me ha llevado a varios eventos oficiales.

Siguió caminando, Alex sonrió, apreciando la brecha que estaba comenzando a abrirse entre sus mundos. —Debe ser interesante. Aunque supongo que también puede ser abrumador.

Luke asintió de nuevo, sus ojos claros fijos en Alex. —Es diferente. Pero a veces encuentro momentos de tranquilidad en medio de todo el caos.

Alex asintió en comprensión, sintiendo que Luke estaba compartiendo algo más profundo de sí mismo. —Sí, entiendo lo que quieres decir. A veces siento que todo este... espectáculo, simplemente no me permite ser yo mismo.

Luke pareció considerar esas palabras por un momento antes de responder. —Es fácil perderse en las expectativas y las apariencias. Pero al final, lo que importa es lo que llevamos en nuestro interior.

Alex se encontró mirando a los ojos de Luke con una mezcla de sorpresa y aprecio. Esa respuesta parecía revelar una parte de Luke que iba más allá de su actitud reservada.

La música lenta continuó de fondo. Alex se encontró perdiéndose en el momento, en esas ganas inmensas por tener el cuerpo de Luke más cerca y en la sensación de estar cerca de alguien que parecía entender las luchas internas que enfrentaba. La conexión entre ellos crecía con cada segundo que pasaban juntos, creando una especie de refugio en medio de la opulencia y el protocolo.

Después de un tiempo, la música comenzó a desvanecerse y la canción llegó a su fin. Luke y Alex se detuvieron, sus miradas encontrándose en un instante cargado de significado. Antes de que pudieran decir algo más, la voz de Ellen se hizo eco por los altavoces, agradeciendo a los invitados por su presencia y anunciando el final de la velada.

Los dos hombres compartieron una mirada y una sonrisa fugaz antes de separarse, cada uno volviendo a su lugar en la multitud. Aunque habían compartido solo unos momentos juntos, la conexión entre ellos era innegable y dejaba a ambos ansiando más.

Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora