III

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Se encontraron con el río, Aiden por el rabillo del ojo pudo ver como la corriente de agua se habría paso a través de las rocas, tomó la mano del Teniente y junto a él empezó a correr lo más rápido que el agua congelada permitía mover sus piernas

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Se encontraron con el río, Aiden por el rabillo del ojo pudo ver como la corriente de agua se habría paso a través de las rocas, tomó la mano del Teniente y junto a él empezó a correr lo más rápido que el agua congelada permitía mover sus piernas.

La corriente se empezaba a acercarse con rapidez, Aiden se sujetó de unas raíces cuando el agua impactó contra su cuerpo, haciendo que el peso del Teniente lastimara su brazo.

Otra fuerte corriente de agua impactó contra su cuerpo haciendo que tragara agua y que se sumergiera en esta, la sensación de querer respirar lo estaba agobiando y no poder salir a la superficie lo empeoraba.

Lo que hizo que sé angustiara más fue ya no sentir el peso en su brazo, gracias a la pérdida de peso pudo subir a la superficie y mirar, abrazó el tronco y empezó a toser y a respirar se quitó el pasamontañas y lo arrojó, cuando logró estabilizarse miró a su alrededor dándose cuenta de que el Teniente no estaba.

– ¡Teniente! – gritó— ¡Ghost! – volvió a gritar esta vez más fuerte, no había rastro de él.

Pegó su frente al tronco y ahogó las ganas de llorar, otra fuerte corriente impactó contra su cuerpo, sacudió la cabeza y con ayuda de ambos brazos trepó la raíz. No estaba tan lejos del otro extremo aparte podía usar la raíz, ya que esta conectaba con un árbol, se pasó al otro lado de la raíz para no ser llevado por la corriente.

Con ayuda de las raíces que sobresalen de la tierra subió hasta salir del río cuando lo logró, se tiró a la nieve intentando calmar su respiración, se puso de pie y dejó caer la pesada mochila, camino por unos minutos mientras gritaba el sobrenombre del Teniente.

– ¡Ghost! – grito por centésima vez, posó sus manos en sus rodillas y bajó la cabeza, si se quedaba ahí sufriría de hipotermia, no sabía dónde estaba y si estaba vivo, se sentó en el suelo e intentó tranquilizarse respiro hondo y volvió a levantarse— Ghost! – Gritó a todo pulmón sintiendo como el aire frío congelaba su pecho, respirar le dolía— por favor no puedes morir... ¡Si te mueres seré yo quien tenga que decirle a tu esposa que estás muerto! — Al no recibir respuesta, sintió como sus ojos se inundaban de lágrimas— Hijo de puta – murmuró.

– No estoy casado.

Se dio la vuelta y al verlo por un momento pensó que era una ilusión, pero no, estaba ahí mirándolo... como si fuera una sabandija, sin pensarlo dos veces lo abrazó dejando que las lágrimas recorrieran sus mejillas.

No eran cercanos, pero aun así la angustia que sintió al no saber de él hizo que llorara... odiaba eso, al darse cuenta se puso incómodo y lo soltó mientras se disculpaba.

Se limpió las lágrimas y respiró hondo, sintiendo esa punzada en su pecho, la cual ignoro, miró al hombre delante de él de pies a cabeza, a primera vista no parecía tener nada, solo estaba empapado.

— Deberíamos... deberíamos ir a la torre, ahora – dio unos pasos y miró al hombre detrás de él, el cual empezó a caminar haciendo que Aiden se diera cuenta de su cojera— tu pie está... 

AMOR PURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora