𝑴𝒂𝒎𝒊 𝒂𝒎𝒂𝒎𝒆

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—¿Por que nunca me amaste? -susurro, mirando como el hermoso color rojizo hiba palideciendo

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—¿Por que nunca me amaste? -susurro, mirando como el hermoso color rojizo hiba palideciendo. —¿Que e echó mál? ¿Me odias? -miro a los ojos de aquel Omega el cual hacia llamar "mamá".

—Lo lamentó...lamento no haber sido bueno...nunca te odie, solo tenía miedo... -sus ojos poco a poco perdían el hermoso color carmín. —Te pareces tanto a tu padre que...me daba miedo...cuando te miraba, no podía evitar sentir miedo...soy patético... -sonrió divertido, para mirar su cuerpo devil, sentía la calidez de su sangre bajar de su hermoso vestido azul pastel, no era la primera vez que sentía aquello. —Siempre te ame, eres mi hijo, pero, el miedo fue más grande....el me lastimó tanto cuando eras un bebé...que tuve miedo de tenerte en brazos...cuando comenze a distanciar me...tu le hablaste...comenze a temer más...el me destrozó, por eso...no quise verte, tocarte, estar a tu lado...no quería equivocarme...pero, soy tan patético que lo lo.. -sus palabras fueron inrunoidas por un fuerte golpe al lado de su rostro, sus ojos se abrieron con tristeza, el rostro de su hijo estaba lleno de lágrimas.

——¡No se supone que me digas eso! ¡Se supone que debo odiarte! ¡Me abandonaste! ¡¿Sabes cuando sufri?! ¡¿Siquuera te preocupaba a por mi?! ¡No me jodas Tercer Imperio! ¡Nunca me quisiste cerca! ¡Siemore me alejabas! ¡¿Y ahora se supone que " tenias miedo"?! -sus lágrimas caían de sus ojos, sentía frustración, estaba enojado, además de tristeza. —Pones pretextos para no sentirte una mierda, con Alemania si eras feliz, la única vez que me llegaste a tratar como un hijo fue cuando estabas sedado, no podías verme, solo veías a Alemania. -gruño con enojo.

Aquel día, se dio cuenta que no era nadie para el alemán, sus esfuerzos de ser un hijo amado por su querida madre era su deseó, quería sentir la ternura, el cariño, todo lo que con llevaba una relación cariñosa.

Podía retirar aquel día, como su fuera algo no tan lejano;

“ Sus ojos hielo, viajaron por la habitación de su madre, se notaba mal, tenía un collar de perro, mientras uno de sus brazos estaba vendado.

No sabía que sucedió, pero su padre le informó que hubo un accidente, estaba preocupado, se acercó lentamente, asta sentir la mirada de su madre sobre si.

—¿Alemania? ¿Cariño que haces aquí? -susurro con dulzor, golpeando con suavidad la cama, invitando al pequeño.

Rusia se quedó paralizado, talvez tenía un leve parecido con su hermanastro, ambos tenían el pelo negro.

Se acercó de forma lenta, para subirse en aquella cama, estuvo en silencio, nervioso, nunca estuvo tan cerca de su madre, sintió sus cabellos ser suavemente peinados, con total cariño, mientras el aleman de baja que el pequeño cuerpo se apoyará al pecho del contrario.

—Mi dulce pequeño, ¿Que sucede? -acarició la mejilla del menor, importando le muy poco el dolor de su brazo, sonrió con dulzor, besando la frente del pequeño en nuestra de amor. —Te pareces tanto a mi hermano, ojalá el pudiera verte, ojalá pudieras conocer a mi padre, estoy seguro que estarían encantado de verte. -pellizco de forma juguetona las mejillas del pequeño.

𝑴𝒂𝒎𝒊 𝑨́𝒎𝒂𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora